Kairós El sonido más embriagador salió de su boca, justamente cuando ella cayó a la cama y quedo dormida Éramos unos degenerados, lo sabíamos, no habíamos tenido relaciones sexuales con ella en sí, no había habido penetración Pero la habíamos hecho nuestra de tantas maneras en estos días, que, sin duda alguna, ya conocíamos los pequeños ruidos que hacía cuando estaba a punto de llegar a su orgasmo Sabíamos esa preciosa expresión suya y sobre todo sabíamos, como hacer que llegara hasta el punto de ceder a nosotros Pues ella, aunque parecía ser que despertaba de a poco, que tenía el olor de una loba desarrollada, ya podía detectarnos, distinguir nuestros olores O incluso parecía ahora más atenta en cada una de las cosas que pasaba a sus alrededores, como el hecho de que mi herman