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Al salir de la habitación, descubrí que el departamento de Benedict, aún seguía intacto, sus cosas, sus muebles, todo. Incluso aquello que había dejado en la habitación que él me había asignado al tener que vivir en el mismo lugar al conocerlo, situación que únicamente confirmaban las palabras de Alexander. Benedict nos había engañado a todos. No obstante, él no vivía ahí, era claro al ver el polvo que se había reunido sobre las mantas y plásticos que cubrían sus muebles. —Te llevaré a casa—propuso Alexander y es que de cualquier forma no tenía otra opción, Benedict ya se había marchado, aunque en el lugar aún permanecían algunos de sus hombres, los que se suponía debían protegerlo. —Gracias— exprese entre aliviada y algo tensa por la situación, ya que había aceptado que Benedict me pro