Me sentí un poco incomoda sabiendo que un hombre estaba en lo que había sido mi habitación y aunque Vincent no figuraba para mi, como una posible pareja ni en un millón de años, si qué me inquietaba el hecho de que esa habitación era lo más personal qué yo podía tener, es decir, ahí aún se encontraban algunas de mis pertenencias, las cuales no cabían en las maletas y estaba obligada a dejar por un tiempo.
El que Vincent tuviera la oportunidad de ver todo lo que había ahí era extraño, sabiendo que no hacía mucho había deseado qué el único hombre que entrará ahí fuese algún novio con el que pudiera dormír, como en alguna qué otra ocasión lo había hecho Tracy.
—Listo—dijo Vicent al salir de la habitación con mis cosas en sus manos y una sonrisa en sus labios—¿Nos vamos?
—Por supuesto—expr
