Es otro día, me levanto bien temprano, teníamos que salir Sara y yo a el campamento de la oficina, estábamos muy entusiasmadas, mi hermana me apura para que no se nos hiciera tarde, aun nuestros padres no despertaban y tratábamos de hacer lo menor bulla posible para que no perdieran el sueño por nuestra culpa. Ya teníamos la maleta lista, no era tan grande tampoco, lo esencial llaveábamos, pero mi hermana metió en la mía una de sus tantas cosas que se echa, cremas, perfumes, maquillaje, y cositas que le gustan para verse más linda. Al llegar a la empresa nos tenían un trasporte exclusivo a todos los empleados para trasladarnos hasta donde sería el campamento de colores blancos y negras. Llegamos y nos bajamos todos de la furgoneta, eran