25. NO CAER RENDIDA A SUS PIES

1123 Words

No estoy segura de cuántos dormimos, pero al abrir los ojos, me siento extraña al encontrarme desnuda en la cama y, obviamente, algo cohibida al darme cuenta de que Alexander también lo está. Su brazo descansa sobre mi cadera, así que trato de salir de la cama lo más suavemente posible para dirigirme al baño. Sin embargo, no soy lo suficientemente sutil, pues su brazo ajusta el agarre y me pega a su cuerpo. —No soy un osito de peluche, ¿lo sabías? —digo en broma al hombre que, según veo, no quiere salir de esa cama y tampoco dejarme salir. —Claro que lo sé —responde, manteniendo los ojos cerrados—. Sería enfermo hacer lo que hicimos anoche y esta mañana a un osito. Río por la ocurrencia. —Debo ir al baño, de verdad me urge —digo nuevamente, tratando de levantar su brazo sin mucho éxito

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