Harry conducía con las manos en el volante, una sonrisa perezosa plasmada en su rostro y un hoyuelo en la mejilla izquierda. Me senté en el asiento del pasajero, riendo y tapándome la boca con la mano con cuidado para no ensuciar y manchar el lápiz labial rojo que acababa de recordar que tenía puesto. "No, en serio, Serenity", bromeó Harry, la broma en curso se volvió mucho más divertida que el comienzo, "Eres diferente a otras chicas. Eres mi todo". Echando mi cabeza hacia atrás en la risa, dije sin aliento, "¿Qué pasa con todo lo que tienes mi corazón mierda?" Nos sentamos en su auto mientras conducíamos hacia donde me llevara, burlándonos de las frases románticas cursis y las películas que prometimos ver juntos. Decíamos estas cosas abiertamente porque ambos odiamos cuando las cosas
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