Joven y esbelta

1103 Words
Narrador María de los Ángeles Ruiz Nunca he pensado en el tiempo. «Soy joven y esbelta, vivo mi vida como quiero.» Ese es mi lema. Cómo deseo que mi exterior se mezcle con lo que soy realmente, y convertirlo en mi verdadera personalidad. Pero no. Soy joven y esbelta y aparento vivir mi vida cómo quiero. El tan sólo pensar en dejar atrás aquello a lo que ya estoy acostumbrada, me duele. Siento como si mis piernas se congelaran, sin ganas de dar un paso más, siento mis músculos, tensos, inertes, cómo las grandes formaciones rocosas existentes en los grandes desiertos, secos y despiadados, siento un nudo en la garganta que no me permite decir aquello que quiero de verdad. Supongo que la valentía sólo se ve en las películas. Me levanto como de costumbre, con sólo tres o, si tengo suerte, cuatro horas de sueño encima. Amo dormir. No siento nada, mis músculos no duelen, mi cerebro se detiene y entra en estado de vigilia, un sueño profundo. Dónde aquello que mi subconsciente desea se materializa en mi cerebro, cobra vida mediante los sueños. Te vi allí, otra vez. Te veo de lunes a viernes, de siete de la mañana hasta, algunas veces, las cuatro de la tarde. Caminando por los pasillos al lado de aquella chica petulante, riendo y hablando cosas sin sentido. A veces te espío, cuando ella no está cerca de ti, en el aula de clases y hasta en los baños, lo que tú provocas en mi hace que mi atención, a lo que se encuentra a mi alrededor, se desvanezca. Nunca me notarás así esté a tu lado ya me hice la idea de ello. No conozco a la chica que comparte tus pasos en los pasillos del instituto, pero la envidio. [Sonido de alarma] —¡Rayos es tarde! - digo levantándome de la cama con prisa. Y mucha. Corro hacia el único baño del departamento de mi madre para arreglarme. [Tres fuertes golpes a la puerta del baño] —¡Ocupado! —dice mi hermano. —¡Apúrate, Carlos! Me he quedado dormida. —digo con ansiedad en mi voz. —¿Y ahora qué? —pienso en voz alta. Podría vestirme rápidamente, he irme al instituto sin bañarme. Que asco. Sin embargo, no sería la primera vez que me sucede. Es extraño que llegue tarde a clases y si llegase a suceder, la ansiedad no me permitiría quitar mis ojos de los libros ni por un segundo. Constantemente me pregunto: «¿Por qué soy así?», a los dieciocho años no debería darle tanta importancia a lo que piensan los demás o a crear hábitos super estrictos. Sin tanto pataleo, me quito el enterizo azul cielo que utilizo como pijama, me coloco la ropa interior limpia y busco en el closet mi uniforme. Uso una guarda camisa de algodón blanca y, encima de ella, una camisa de mezclilla beige, cuyo color representa mi grado educacional. En otros institutos, sean chicos o chicas usan pantalones, en el mío no. Para la parte inferior, las chicas, usan faldas con tachones de color n***o azabache, con una longitud determinada hasta las rodillas. Generalmente, la sociedad corriente, acata las reglas impuestas para mantener el orden en la sociedad. Sin embargo, en el continente latinoamericano, las reglas parecen estar solamente escritas para ser omitidas y no para ser cumplidas. Cabe destacar que, en mi instituto, un noventa por ciento de las féminas, utilizan las faldas muy por encima de las rodillas. Exponiendo mucho más su piel y ropa interior que el cómo Cristóbal Colón descubrió América en las clases de historia diversificadas. A veces me pregunto cómo han hecho ellas para llegar hasta el nivel diversificado estudiantil. No lo entiendo. Y tal vez, es mejor que me meta en mis asuntos. Veo la hora en el reloj rosado de mi habitación y me doy cuenta que, tirada en ropa interior sobre mi cama, he pasado doce minutos de mi vida pensando en tonterías. Me coloco el uniforme las medias blancas de algodón y los zapatos de cuerina negros. Agarro de la peinadora una cola negra, que se mezcla muy bien con mi cabello n***o, y me ato una cola de caballo. Miro mi rostro en el espejo y lo que veo me produce la misma sensación todo el tiempo. Desaprobación absoluta. Desvío rápidamente la mirada del espejo, busco mi mochila y salgo corriendo de la habitación hacía la puerta principal. El edificio en el que vivo es antiguo, por lo que, a veces, tengo que bajar siete pisos por las escaleras, o subirlos, debido a que el ascensor se encuentra en mantenimiento. Para alguien que descarta totalmente el ejercicio físico en su vida, vivir en el octavo piso de un edificio de los años ochenta y cinco, es un karma del cual no tengo ni idea de su procedencia. Bajo las escaleras lo más rápido que puedo. Veo la hora en mi reloj de muñeca y falta exactamente veinte minutos para que comiencen las clases. —Vivo a quince minutos del instituto, caminando. Si tomo el bus con el tráfico, a esta hora, me demoraré más. Pero si me voy en bicicleta, llegaré con tiempo de sobra. —pienso en voz alta. Bajo un último bloque de escaleras hasta el estacionamiento y me dirijo hasta el lugar designado para las bicicletas. Busco la llave del candado, que siempre escondo debajo del asiento, la desbloqueo, tomó el casco que se encuentra colgado en el manubrio, me lo coloco y me monto a pedalear para salir del edificio. Las siete de la mañana, en un país ubicado en zona tropical, tiene un ambiente cálido, pero refrescante. Entre las siete y ocho de la mañana, los trabajadores, estudiantes y demás se encuentran en las calles, cada quién rumbo a su destino. Me gusta sentir la brisa fresca en mi rostro, hace que me sienta viva por unos minutos. Soy una persona que carece de ánimo para hacer las cosas, de hecho, una de las razones que hace que me levante todas las mañanas para ir a clases es la responsabilidad de terminar mis estudios y, adicional a ello, una persona que se encuentra en mi clase. Una persona que, con sólo mirarme, hace que sienta está misma brisa, tan viva y tan fresca en mi rostro. Podría sentirme viva, por toda una vida, si tuviera a esos ojos mirándome todo el tiempo. Perdida en mis pensamientos, no me doy cuenta de que ya había llegado al instituto y menos de la puerta de un coche que se abrió repentinamente ante mis ojos.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD