Salomé se queda viendo a su tía. Cuando Jorge le responde a Liliana:
— Mi padre se llama Fabian Montaño García y es abogado, mi madre se llama Cristina Martínez de García y es empresaria… nosotros somos de Bogotá.
Salomé le dice a Liliana:
— No te comportes como un policía y deja de interrogar a Jorge.
Liliana se sonríe con los dos, y dice:
— Hacen bonita pareja, vamos para la mesa.
Todos se levanta de sus sillas. Cuando Jorge le dice al oído a Salomé:
— Estoy desconfiando de la comida.
Salomé se ríe de Jorge. Cuando Liliana comienza a servir la cena, y le expresa a Jorge:
— Espero que te guste el viste de carne.
Jorge mira la comida, y le responde a Liliana:
— Si, a mí me gusta mucho, esto y la comida con camarón son de mis favoritos.
Minutos después, Salomé, Jorge y Liliana, cenan con total tranquilidad, y al terminar todos de comer, Liliana les dice a los dos:
— Bueno, ya me voy a ver televisión a mi habitación, se comportan.
De inmediato, Jorge le responde a Liliana:
— Si señora.
Salomé mira a su tía medio sonriente, y también le dice:
— Claro que sí.
En ese momento, Liliana recoge los platos de la mesa. Cuando Jorge es atento y la ayuda con todo, mientras Salomé los ve juntos en la cocina.
Liliana lava los platos, y le dice a Jorge:
— Gracias muchacho, eres muy atento.
— Cuando termino de estudiar, ayudo a mi madre hacer los oficios.
— Eso habla muy bien de ti… bueno, ya terminé aquí y me iré a descansar, me cuidas a Salomé.
— Le doy mi palabra.
En ese momento, Liliana se va para su habitación. Cuando Salomé y Jorge se van hablar al sofá de la sala.
Jorge le da un beso a Salomé, y le expresa:
— Tu tía te cuida bastante.
— Si, es lo normal, ella solo me tiene a mí, y yo solo la tengo a ella.
— A todas estas Salomé, ¿nosotros que somos?
Salomé se ríe un poco, y le contesta a Jorge:
— ¿Pues qué crees que somos?
— Espera.
Jorge se arrodilla y coge la mano derecha de Salomé, y le pregunta:
— ¿Quieres ser mi novia?
Salomé se queda en silencio por unos segundos, y luego le dice:
— Si, acepto.
De inmediato, Jorge abraza a Salomé. Cuando esta le dice:
— ¿Cuándo me presentas a tus padres?
— Cuando tú quieras.
Días después, Jorge presenta formalmente a su novia ante sus padres, los cuales quedaron encantados con Salomé.
En la universidad, Salomé les cuenta a sus amigas del noviazgo que tiene con Jorge, lo mismo hace Jorge con sus amigos.
Después de salir de la universidad, Jorge se lleva a Salomé a Monserrate.
Con una espectacular vista a toda Bogotá, Jorge y Salomé se bajan de la moto y aprecian todo el esplendor de la ciudad.
Salomé le dice a Jorge:
— Nunca había venido a este lugar.
— ¿Es serio?
— Si, es en serio, mi tía nunca me trajo a conocer esto acá.
— Pues prepárate Salomé, conmigo vas a conocer una infinidad de lugares.
Salomé abraza a Jorge, diciéndole:
— Prométeme que siempre vamos a estar juntos.
— Te lo prometo.
Minutos después, Jorge lleva a Salomé a comer helado al centro de la ciudad. Y luego caminan por todos los alrededores.
En ese instante, Jorge está muy orgulloso de tener a Salomé como novia. Y la carga, y da vueltas en círculos junto a ella.
Ante la mirada de varias personas, Jorge y Salomé se besan, y vuelven a jurarse amor eterno.
En la noche, Salomé llega a su casa, y desde lejos ve que Emily está hablando con alguien, y decide acercarse un poco para saber de quien se trata.
En ese instante, Salomé reconoce a Ricardo y llama a su amiga, diciéndole:
— ¡Emily!, ven un momento por favor.
Emily le dice a Ricardo:
— Disculpa, mi amiga me llama.
Ricardo se enoja, diciéndole:
— Yo tengo algo más importante que decirte que ella.
— ¿Cómo sabes?
De inmediato, Emily va hacia donde esta Salomé, le dice:
— Hola Salomé.
Salomé mira a Ricardo y luego le dice a Emily:
— ¿Qué haces con ese tipo?
— Ricardo solo se detuvo a decirme algo.
— ¿Algo como qué?
— No alcanzo a decirme cuando me llamaste.
— Pues para que te enteres de una vez, cuando estabas en Europa, ese sujeto se metió en una banda. Y por lo que cuentan es muy peligrosa, es mejor que entres a mi casa para que se vaya.
Emily mira de reojo a Ricardo, y le dice a Salomé:
— Entremos a tu casa.
En ese momento, Salomé hace entrar a Emily a su casa. Dejando a Ricardo parado con mucha rabia.
Al ver a Salomé y a Emily mirando por la ventana, Liliana les dice:
— ¿Qué están haciendo?
Las dos se asustan. Cuando Emily le responde a Liliana:
— Escondiéndonos de una persona.
Liliana se asoma por la ventana, pero no ve a nadie en la calle, y les dice:
— No hay nadie.
Salomé le expresa a su tía:
— El que estaba al frente de la casa era Ricardo.
Liliana se asusta, y les dice a las dos:
— Tengan cuidado con ese muchacho, el cual anda metido en cosas extrañas.
Emily le contesta a Liliana:
— Gracias por decirme, no lo sabía.
Liliana les dice a las dos:
— Las dejo para que puedan hablar.
En ese instante, Emily le expresa a Salomé:
— ¿Cómo te fue con tu novio?
— Muy bien, también me fue, que tengo miedo de despertarme mañana y saber que todo ha sido una ilusión.
Emily se ríe, y luego le expresa a Salomé:
— ¿Ustedes ya han estado juntos?
— No, aún no… yo todavía soy virgen, ¿y tú?
— ¿Yo que?
— Emily, de que estamos hablando.
— Ah, si… claro, yo perdí la virginidad hace dos años…
Salomé y Emily hablan hasta muy tarde de la noche. Cuando Liliana le dice a Emily:
— Si gustas, puedes quedarte a dormir.
— Gracias doña Liliana.
Salomé se contenta con esa decisión y Emily llama a sus padres. Para decirles que se queda en casa de Salomé.
El día siguiente, Liliana se va al supermercado desde muy temprano. Dejando a Salomé y a Emily durmiendo.
Luego de unos minutos, Salomé se despierta y se levanta de la cama, y se cepilla sus dientes. Cuando escucha el sonido de un mensaje de su celular, y rápidamente se juaga. Para buscar el celular.
En ese instante, Salomé se percata que su tía no está, y ve el mensaje de Jorge, el cual le manda un corazón. Y otra invitación a salir.
Salomé se sonríe, y dice en voz baja:
— Tal parece que estos días no me vas a dejar estudiar.
De inmediato, Salomé llama a su novio, y cuando contesta le dice:
— Hola amor, ¿a dónde me vas a llevar hoy?
— Es una sorpresa, solo te voy adelantar que te va a gustar demasiado.
— Eso se escucha bien, pero después de eso tenemos que estudiar si queremos algún día ser grandes empresarios.
— Tienes toda la razón Salomé.
— Pero no te desanimes Jorge, yo iré a donde tú quieras que yo vaya, solo dime a que horas me recoges…