LO QUE NOS HACE SER FUERTES

1157 Words
Salomé todavía no puede creer lo que le acaba de pasar. Cuando Lorenza se le acerca, y le dice: — Buenas vecina, ¿paso algo? Mientras Jorge habla con los policías, Salomé le responde a Lorenza: — Nos acaban de robar el vehículo. Lorenza se pone sus dos manos en sus mejillas, diciendo: — Qué horror, aquí en los Rosales nunca había pasado eso. Carmenza también se acerca, y les dice a Lorenza y a Salomé: — Hola vecinas, ¿alguien estaba peleando? Lorenza le contesta a Carmenza: — Les robaron el vehículo. Carmenza toca la mano derecha de Salomé, y le dice: — Ay, hija, lo siento… Salomé mira a los policías, y dice: — Todavía estoy en shok. Lorenza le dice a Salomé: — No te preocupes, la policía va a encontrar tu vehículo… Quince días después, 7:49 pm, la policía no pudo recuperar el carro de Jorge. Y dan rondas más frecuentes por el barrio. En ese instante, Salomé sigue igual de fría y distante con Jorge, el cual está sentado en el sofá. Jorge se cansa de esa situación, y le dice a su esposa: — ¿Por qué no me dices todo lo que tienes que decirme?... se sincera y dime la verdad Salomé, ¡ah!, habla de una de una vez. Salomé cierra su portátil y queda viendo a Jorge, y le expresa: — ¿Qué es lo que quieres escuchar? — Quiero que me digas lo que piensas, ya han pasado quince días de lo del robo y tú me evades todo un tiempo, yo sé que cometí un error y te vuelvo a pedir perdón, yo te prometo… — No prometas nada Jorge… yo voy a dejar eso del carro atrás y hagamos de cuenta que no paso nada. Y sigamos con los planes de conseguir trabajo. — Completamente de acuerdo, ¿que se te ocurre? — Ahora es mi turno de salir a buscar trabajo. — Salomé, ¿quién se queda con el niño?, ¿y quien hace los oficios de la casa? — Pues tu. — ¿Quieres que yo me ponga a cocinar? — Si, y también a cuidar a Miguel, lavar la ropa, barrer y limpiar la casa, yo voy a buscar trabajo donde una amiga. Jorge se queda pensando, luego dice: — Bueno… En ese instante, Salomé le marca a Liceth, pero esta no responde. Salomé deja el teléfono en la mesa. Cuando Jorge le dice: — ¿A quién llamas? — A una amiga que trabaja en el ministerio de viviendas. — Bueno, voy a mirar que hay de comer. — Calienta la comida. — Está bien. En ese momento, Jorge va a la cocina. Cuando Liceth le devuelve la llamada a Salomé, diciéndole: — Donde hago la raya. Salome se ríe y se levanta de su asiento, diciéndole a Liceth: — Hola amiga, reconozco que me he olvidado de llamarte y estar en contacto como lo hacíamos antes, pero en mi vida han pasado un sin número de cosas, que por el teléfono se me hace… como decirte. — Incomodo. — Si, esa es la frase… debemos vernos. — ¿En dónde? — Qué te parece si nos vemos en la nueva cafetería que abrieron en el centro de la ciudad. — Está bien. En la mañana siguiente, Salomé se reúne con Liceth en Café Devoción, y se abrazan. Cuando Emily llama a Salomé, pero esta guarda el teléfono en su bolso, diciéndole a Liceth: — Estaba ansiosa por hablar con alguien diferente a mi esposo o algún vecino de donde vivo. Sorprendida, Liceth le expresa: — ¿Ansiosa?, pero si debes de hablar con cientos de personas en la empresa que trabajas. — Han pasado muchísimas cosas que han cambiado mi vida por completo. — ¿En serio? — Si… mi tía Liliana murió y me quede sin trabajo. Liceth coge las dos manos de Salomé, y le expresa: — ¡Ay! Amiga, tu tía era un amor… Las palabras de Liceth hacen que Salomé se vuelva a quebrantar, y llora frente a ella. Liceth corre su silla junto a Salomé y acaricia su cabeza, diciéndole: — Estas cosas que nos pasan… ¡mírame!, las cosas malas que nos pasan nos hacen más fuertes, la vida es dura amiga, pero hay que ser fuerte. Salomé deja de llorar, y le dice a Liceth: — Quien te escuchara creería que no eras tú, has cambiado bastante Liceth. — Los golpes de la vida, esos me hicieron aterrizar… pero dime Salomé, además de esto que me dijiste, ¿qué otra cosa me viniste a contar? — Si, te contacte porque quería saber si me ayudas a conseguir trabajo en el ministerio de viviendas. — Que te puedo decir… — ¿Qué sucede Liceth? — Es que ahora trabajo en una tienda de calzados. — ¿Qué sucedió en el ministerio? — Terminación de contrato. — Ya veo. — No te desanimes Salomé, si gustas yo puedo hablar con mi jefa. Para que te reciba en el local. De inmediato, Salomé saca varias hojas de vida de su bolso y le entrega una a Liceth, diciéndole: — Ojalá y me acepte. Emily le vuelve a marcar a Salomé. Cuando esta le contesta, diciéndole: — Hola amiga. — Hola Salomé, ¿acaso estas ocupada que te he llamado varias veces y no contestabas? — Un poco, estoy hablando en este momento con una amiga. — Ah, entonces te marco más tarde. — Bueno, te cuidas Emily… Barrio Rosales, Jorge intenta cocinar unos frijoles con carne encebollada, mientras cuida a su hijo. Después de unos minutos, Jorge se distrae viendo junto a su hijo un canal de muñequitos. Cuando comienza a oler a quemado. De inmediato, Jorge deja al niño en el sofá y corre hacia la cocina. Y al ver la carne toda quemada, apaga la estufa rápidamente y pone el sartén en el mesón. Estupefacto, Jorge ve la carne y se pone la mano derecha en la frente, y dice: — Por estar pensando en ese carro… esto no se lo come nadie. En ese momento, Jorge mira al niño que juega con el control del televisor. Cuando mira los frijoles, y decide echarle más agua… Dos horas más tarde, Salomé entra a su casa y la ve un poco distinta, y ve a Jorge con el niño en el patio, y le expresa: — ¿Qué paso aquí? Jorge se acerca a su esposa y le da un beso, diciéndole: — Nada, todo está bajo control. — ¿Y ese olor? Jorge baja a Miguel al suelo, y dice: — Es la comida. De inmediato, Salomé se va para la cocina y queda muy sorprendida al ver el aspecto de la carne. Y luego prueba los frijoles, y dice: — Fatal, esto quedo fatal. Jorge le cambia de tema a su esposa, diciéndole: — ¿Cómo te fue en la búsqueda de trabajo?...
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