Ahora me tienen muy lejos, muchacho. Nunca pensé que me harían abandonar el estado, pero como dijo el jefe, tienes que ampliar tus cotos de caza si quieres seguir comiendo. No es que me preocupara llegar a fin de mes, bueno, gané el premio al vendedor del mes tres veces el año pasado, pero Stanton era un m*****o gigante y tiraba toda la comida de la casa. Había que tener un perrito caliente o dos para cenar, y luego había que tener un paquete o dos de perritos calientes para cenar. El entrenador de fútbol del instituto me odiaba a muerte por no haber hecho jugar a Stanton; nos dijo a los dos que le darían el pasaporte a la Universidad de Texas si le ponía los cordones. No se puede hacer beber a un caballo y yo no podía obligar a ese niño a hacer nada que no quisiera. Prefiere sentarse bajo