Enzo "No voy a arruinar esto, Enzo", suspiró Roman, enterrando su rostro entre sus manos mientras se dejaba caer en el sofá de nuestra sala de prensa. "Por favor, no me dejes arruinar esto". "No vas a arruinar esto", le aseguré. Se pasó ambas manos por el cabello con brusquedad, despeinándolo cuando se reclinó hacia atrás, viéndose tan desarticulado como parecía. Roman ya me había contado de qué estaban hablando Honey y él el otro día y esa chica no tenía idea de lo mal que estaba Roman. No sólo romano. Dante y yo también lo pasamos mal. No creo recordar la última vez que Dante sonrió, pero sonrió para Honey. Él se abrió para ella. Joder, fue tan dulce verlo. Había estado encerrado en su cabeza durante mucho tiempo, pero Honey era una grieta en su armadura. Realmente estábamos hacien