CAPÍTULO CATORCE
Vesuvius guiaba a su nación de troles hacia el sur arrasando el campo, dirigiéndose hacia lo que quedaba de la Torre de Ur. Escuchaba los fuertes gritos detrás de él y se sintió satisfecho al ver que estaban envigorizados al ser liderados de nuevo por él.
Vesuvius levantaba su alabarda con orgullo y dejó salir un gran grito de batalla. Ya alcanzaba a ver la g****a en la tierra, el enorme abismo que Alva había creado y que se había tragado a miles de sus troles. Vesuvius observó mientras, en la distancia, sus troles derribaban árboles para construir un puente temporal sobre la división. Vio cómo decenas intentaban cruzar por este. Pero aunque lo intentaban, Alva simplemente hacía crecer la g****a que se llevaba los árboles y a decenas de troles gritando. Era una m*****e.
