Marta no pudo dormir por estar pensando en su hija y en los problemas que ella tuvo que enfrentar, por lo que pensó que apenas viera a Karsten hablaría con él para ver cómo resolver los problemas. Suspiro mientras arreglaba la pequeña maleta para partir de esa misma mañana al lado de su amada hija.
El timbre de la gran casa sonó ya ella le extraño que nadie abriera así que se dispuso a abrir.
_ Buenos días_ dijo amablemente a la hermosa rubia de ojos azules_ ¿En qué puedo servirle?
_ ¿Eres nueva? _ Miró a Marta de manera grosera desde la cabeza hasta los pies, dejando la mirada fija en el bastón que esta sostenía en su mano_ Cada día Karsten busca sirvienta más viejas y para colmo lisiadas _ murmuró con la clara intención de que la mujer escuchara____ Aunque por otro lado para mí mejor,
