La tarde siguió su curso, pero los amantes no se percataban de nada. Entre besos y abrazos llegaron a la pequeña recamara de Cecilia. _ ¡No sabes cuanta falta me hiciste! _ Karsten murmura contra la boca de su amada _ ¡No vuelva a dejarme! _ ¡Lo siento tanto! _ Ella se pegaba más contra el fornido pecho __ y nunca te dejaré, mi amor. Muy lento él comenzó a soltar cada uno de los botones de la prenda superior y la despojó de ella. Sus ojos brillaron al ver los senos que brillaban por el sudor, haciéndola más provocativa para él. _ Eres lindísima_ tomó uno de sus senos entre una de sus manos _ están muy grande _frunció las cejas. Él se apartó un poco y la miro con fascinación, había algo extraño en ella. Por un lado la veía un poco más delgada, pero por otro lado veía el cuerpo d