La tarde está muy avanzada, el tono gris del cielo y el frío dominan el ambiente, dando una sensación de tristeza y desamparo. La lluvia cae suavemente sobre el paisaje y esta se mezcla con la nieve haciendo que el mar sea lento el transitar de los vehículos por la carretera, pues deben evitar a toda costa tener un accidente.
Un auto avanza con lentitud y cuidado por la concurrida vía, las fiestas de fin de año están próximas y muchos desean recuperar tiempo para pasarlo con sus familias.
Dos amigos charlan muy animadamente, viajan en el auto y ninguno de los dos perciben que la nieve está haciendo una fina capa de hielo cubra toda la carretera, y por eso es aún más resbalosa, haciendo de la vía una trampa mortal y sin imaginar , uno de ellos se especificó con su destino estratégico. La muerte
- ¿Estás seguro? - reía Alonso al escuchar a su amigo Gustavo - me parece una tontería.
-Pero porque, si jugamos bien las cartas, seremos familia y nadie podría separarnos ni los negocios, porque ya somos socios.
- Realmente eres un loco, eso podría ser podría hacer, ¿Cómo sería según tú? - Alonso miraba por la ventanilla - está nevando más fuerte, llegaremos en una hora, si el clima nos permite - nos dará muy pensativo.
Alonso le preocupaba que Marta, su esposa ya con ocho meses de embarazo se quedará mucho tiempo sola, amaba demasiado a esa mujer, y ahora necesitarán dos para amar y para consentir - pensaba feliz en su mujer.
- Lo primero que debemos es hacerlos amigos y después nos inventamos alguna estrategia para que se enamoren y luego se casen- sonreía Gustavo feliz ante la ocurrente idea que tenía en su cabeza.
La carcajada de Alonso se escuchó en todo el vehículo. Alonso era un hombre corpulento con algunas canas y arrugas que marcaban de forma elegante el rostro del hombre. Tenía un carácter muy amable y cordial. Ellos eran tan diferentes.
- ¿What? No te parece buena idea - Gustavo frunció las cejas molesto - ¡Quiero que tú hija y mi hijo se casen!
Él era terco como él solo - detectó Alonso mirándolo, lo apreciaba mucho, pues lo que como su propio hermano, el que nunca tuvo, pero a veces salía con unas ideas extrañas y esa era una de ellas__ Concluyó.
- ¿Te estás escuchando? - lo miraba - mi bebé aún no ha nacido y ya la quieres casar- abrió los ojos ante tal propuesta - Realmente es una locura.
-Si, tal vez parezca una locura, pero tengo a mis dos hijos y alguno de ellos le pondrá el ojo y se flecharan, rogaré a Dios todos los días para que suceda ese milagro__ dijo el hombre con terquedad.
El día estaba decayendo cada vez más y la nieve era más espesa haciendo que el viaje fuera cada vez más lento y frio.
_ ¿Cuántos días nos vamos a demorar?- Alonso quería llegar pronto. Sentía una angustia por sus dos-mujeres, deseaba de corazón estar con ellas, en lugar de estar viajando, pero debido a los negocios se vieron obligados a salir y el clima cambio con tal brusquedad que los retraso de sus obligaciones y aún estaba retrasados, pero pronto llegarían - Debemos firmar los papeles de nuestra asociación.
- Si, ¡Por fin!- intervino feliz Gustavo - ya somos socios. Realmente me encuentro muy feliz de que podamos consolidar nuestra empresa.
-Sí, yo también estoy muy emocionado por este gran logro que hemos alcanzado- sonrió Alonso. Luego viró su cabeza y observó el paisaje en silencio, mientras sus pensamientos volaban a la mujer del vientre abultado.
La nieve caía implacable sobre el camino, dificultando más y más el avance en la carretera, el manto blanco cubría todo, era una cubierta blanca todo el alrededor, no se distingue los árboles del suelo, parecen ser uno solo.
Una imagen tenebrosa y fría.
Una gacela que emerge de la espesura del bosque que rodea la carretera, cruza, atravesándose ante el vehículo que no puede disminuir la marcha, hizo que el conductor sorprendido perdiera el control y este confuso tuvo que dar un volantazo para girar a su izquierda. El fuerte movimiento y el asfalto húmedo más con la fina capa de hielo, hizo que patinara el auto sin control.
El auto viró tan rápido y dio varios botes, formando una espiral por los aires y terminó incrustado en un árbol. Esto causó un ensordecedor sonido al impactarse y luego todo quedó en un absoluto y temible silencio.
La tormenta aún no quiere retroceder, es fuerte y el auto poco a poco se cubre con la fría nieve. El frío cala cada vez más los débiles cuerpos que están aprisionados en el auto.
El misterio de la vida, después de ser una carretera tan transitada ahora se encuentra como un desierto.
- ¡Gus!- la voz temblorosa de Alonso se escucha - ¡Gus! ¡Despierta! - la boca la tiene reseca, por eso trata de humedecer los labios pero un fuerte sabor a hierro la llena, causándole una sensación de asco.
Sus ojos están nublados por las lágrimas de dolor, pero logra ver el rostro de su amigo cubierto de sangre que está sobre el volante que se encuentra inconsciente. El fuerte olor a gasolina y las chispas que alcanza a ver son el anuncio de que aún la desgracia no ha terminado de devorar esa noche fría.
-¡Maldita sea, Gustavo! ¡Despierta! - El hombre hace todo lo posible por despertarlo, todo lo que puede, lo que le permitir el dolor que lo ahogan y la sangre que comienza a manar por su boca, el aire es escaso en sus pulmones los cuales duelen cada vez más al tratar de respirar - ¡Des.....pierta, ami.....go, no es justo que...... los dos muramos hoy- las lágrimas que han llenado sus ojos, resbalan por sus frías mejillas, por causa del fuerte dolor, que se está haciendo insoportable - ¡ Despierta!
-¡Agg! - Gustavo ladea la cabeza y mira al frente. Esta confuso por el fuerte golpe que recibió de pleno en la frente al estrellarse con el volante - ¿Qué pasó?- una de sus manos se la lleva a la cabeza, la palpa y siente un dolor que es tan agudo por todo el cuerpo- ¿En dónde estamos? - Gustavo está desorientado y no se percata de la gravedad de su amigo.
- ¡Sal..... ya!__ le grita desesperado, sus fuerzas son escasas y el dolor comienza a desaparecer lentamente - ¡El au.....to va a ex.....plotar!
Gustavo reacciona mareado y trata de soltar el cinturón que le ha salvado la vida, sus ojos giran y es cuando mira a su amigo, su rostro está muy pálido, su boca está llena de sangre y cuando sus ojos llegan al pecho abre los ojos en pleno, y lleno de horror grita.
- ¡No! Dios no-Horrorizado ve una gran rama atraviesa el frágil cuerpo de su amigo, la cual entró por el lado derecho y salió por el izquierdo destrozando sus pulmones- ¡Dios!
Suelta rápidamente el cinturón, y salta del auto, y lleno de pavor corre con la intención de ayudar a su amigo, pero patina debido al resbaloso hielo, caer estrellándose con fuerza frente al capó del auto, se tambaleó, y se volvió a resbalar y a duras penas llega hasta la puerta de su amigo y abre.
_ ¡Ya te ayudo, aguanta! Amigo, aguanta por favor - en su voz mana el terror que siente de que Alonso muera. No lo puede permitir, no lo puede aceptar lo que sus ojos aterrados ven - ¡Por favor Alonso, aguanta!
Sus manos estas dormidas por el frio, y hace que sus movimientos sean torpes y dolorosos, sin embargo trata con todas sus fuerzas de soltar el broche del cinturón, pero el grito de agonía de su amigo lo frena -¡Ve......ve.....te! - dijo poco audible y con mucho esfuerzo. La vida se escapaba de ese cuerpo que permanecía inmóvil - ¡No.... de…sam......pares a mis mu......je..res!- rogó con un último suspiro.
- ¡No! - grita - !No! ¡No me hagas esto! - toma el rostro mortecino en sus manos - hermano mío, por favor..... - Las lágrimas que se han mezclado con su propia sangre corren por el rostro de Gustavo - ¡Dios! Que le digo a Marta, como le voy a decir esto __ El llanto lo ahoga, el dolor que siente es insoportable, un hombre que apenas empezaba a vivir, un padre, un esposo y un buen amigo, dejaba este mundo - No me dejes, eres mi familia, mi hermano.
Desde lejos se ven las luces de los autos que se acercan, pero la ayuda demora, el clima no lo permite.
El olor a gasolina, a muerte, llenaba el ambiente. Las chispas se acrecientan más, son más fuertes, Gustavo aún paralizado por la muerte de su amigo no ha percibido el peligro de la inminente explosión, en un instante todo su mundo se ha derrumbado, la muerte de su único amigo lo tiene paralizado, pero como si un relámpago cayera sobre él, aclara las palabras de su amigo en el momento de morir y es cuando su mente logra reaccionar y es cuando ve el peligro, el auto esta por explotar. Rápidamente se mueve y, busca la forma de sacar el cuerpo inerte de su más fiel amigo.
Lucha con fuerza y de manera desesperada, hasta que lo logra desprender la gran rama del cuerpo inerte de su amigo, sus manos con varios cortes y sangrando, lo arrastra lo más lejos que puede. Después se deja caer a un lado del cadáver y respirando de manera entrecortada, mira como el auto es consumido por el devorador fuego.
-¡Te juro que jamás voy a desamparar a tus mujeres, y tu hija será de mi familia, cueste lo que me cueste!- poco a poco la oscuridad fue llegando a Gustavo.
Días después fue el funeral de Alonso Vásquez, pero Gustavo no asistió porque el golpe en la cabeza le provocó un derrame cerebral, esto lo complicó y cayó en un coma profundo inducido, el cual duro más de un mes, hasta que toda la sangre fue drenada de su cerebro.
Esto causó cierta parálisis motora en una parte de su cuerpo y tuvieron que realizar terapias para activar nuevamente el funcionamiento de los miembros atrofiados.
Débil trató de buscar a Marta y a su bebé, pero ambas desaparecieron, a Marta a causa de la muerte de su esposo el parto se le adelantó, y después del sepelio se marchó, no quería saber nada de Gustavo Manjarrez, porque le recordaba dolorosamente a su amado.
-Papá, ¿Cómo estás?- Karsten su hijo mayor lo abrazo, al encontrarlo sentado mirando muy pensativo por una ventana de la clínica - mamá dice que pronto nos vamos a casa.
Él lo miró con amor, él tenía once años y era muy inteligente y tenía mucho carácter, muy diferente a su hermano Adalberto que era más sumiso, más tranquilo.
- ¡Bien, mi amor!- Le respondió con una sonrisa, mientras le acariciaba la cabeza -y.... ¿Adalberto....no vino contigo?
- No, a él no lo dejaron entrar, porque es muy pequeño - le sonrió alegre- yo soy grande.
-Sí, mi amor ya eres grande- le rebujó el cabello desordenándolo.
Él prometió a su amigo que cuidaría de sus mujeres, y así lo cumpliría aunque le llevará toda la vida encontrar el paradero de ellas.
Más no fue fácil, el accidente causó una lesión a Gustavo que lo imposibilitaba un poco en sus movimientos, haciendo que sus planes se retrasaran más de lo debido. Pero con mucha voluntad, dedicación y luchas sacó adelante primero su decaída salud y luego la empresa de Comercialización Internacional, pero sobre todo a la esposa para su hijo, ella ya estaba lista para el matrimonio.
Han pasado los años, y ahora él camina con ayuda de un bastón por la espaciosa oficina de la empresa que con la ayuda de su difunto amigo, fundó en el pasado, y con esfuerzo logro sacar adelante, y debido a eso se siente más comprometido a dar a su hija y a la viuda lo que realmente les corresponde, fueron muchos años buscándolas, pero diez años atrás las encontró y Marta al verlo lo rechazó porque deseaba olvidar todo y se negó a recibir lo que Gustavo Manjarrez quería darle, lo que por derecho les pertenecía __ suspiró melancólico al recordar al que siempre consideró un hermano- toma una fotografía entre sus manos y la mira absorto, en ella hay dos jóvenes hermosas abrazadas que ríen alegres.
- Pronto querida - sonrió mirando a las mujeres de la imagen - tomarás todo lo que es tuyo- suspiró muy triste - lo que tú padre te heredó. Me tomo veinticinco años, pero lo logre. Pronto conocerás a tu esposo, un esposo desconocido.