El sol brillaba en su mayor esplendor, dándole un brillo hermoso y natural, los estudiantes caminaron entrando y saliendo de los diferentes salones ya sea al recibir clase o para marcharse del campus. Era la hora muerta, la hora de descanso para todos. En medio de un campo, el camino que lleva a la gran cafetería se encuentra cuatro personas, dos ellas furiosas y las otras dos confundidas. Natalia colgada del cuello de Karsten y las manos del alrededor de su esbelta y bien cerrada cintura, besado apasionadamente con decisión en su por conquistarlo, pero con dolor reconoce que se encuentra con un muro enorme de hielo. Cecilia besando a Mauricio busca solo enfadar a Karsten Gustavo, secretamente con la esperanza de que él esté un poco interesado en ella, pero al verlo tan entretenido y