—. —.—.—.—.Día siguiente.—.—.—. Gaby abrió los ojos y se vio en la cama envuelta en la sábana y sin nada de ropa, se alarmó más al ver a Matías aparecer en bóxer. — ¿Qué hice?— golpeó su frente, pero el dolor de cabeza se intensificó. Matías le miró divertido y una genuina sonrisa se pintó en sus labios. — Estuviste fantástica. Eres muy receptiva. — ¡¿Me drogaste?!—preguntó alarmada y dislocada. — Nada de eso, te emborrachaste y luego me pediste hacértelo y aunque intenté no hacerte nada te me tiraste encima —respondió con simpleza y logró su objetivo desesperarla. Miró debajo de la sabana y movió sus piernas con discreción, si había sido bueno debería sentir arratonado o algo, un chupetón, posó su mirada sobre el tipo que tomaba café y desfilaba semidesnudo por la cabaña. — ¡¡D