Estaba siendo otro día con sucesos nada fuera de lo normal. Namjoon y Seokjin se esforzaban en sus trabajos y por supuesto en el estudio, sobre todo en su relación de noviazgo. Ellos estaban bien, bastante tranquilos, ignorando o pasando por alto las malas miradas o malos comentarios acerca de su relación. Al diablos con ellos, estaban bien mientras no hubieran interferencias maliciosas.
Oh, no había que dejar a fuera la videollamada que Seokjin había tenido ayer por la noche con su hermano, había sido un tanto mucho importante, pues Seokjin casualmente había sacado el tema a conversación. El tema de que no estaba solo, hablando sentimentalmente y que se encontraba muy enamorado y eso. ¿Cuál fue la sorpresa que se llevó Jongdae? Ninguna, él solo había hecho escuchar un: "Era tan obvio hermano". Y luego todo se confirmó gracias a que Namjoon había aparecido por detrás de Seokjin totalmente desnudo y empapado, por supuesto el chico no se había percatado que estaba ocurriendo una videollamada en ese momento. Seokjin enloqueció al teñir sus mejillas de un fuerte rubor, y Namjoon cubrió su sexo y saludo a la cámara. ¿Vergüenza? Uh, según él no tenía nada de qué avergonzarse.
Volviendo al día después de ese hecho vergonzoso, al parecer únicamente para Seokjin y Jongdae, la pareja se encontraba con algo de prisa. Sus clases ya habían comenzado hace unos diez minutos, pero fue totalmente su culpa al no dormir a una hora prudente. ¿El sexo les hacía menos inteligentes? Totalmente.
—Te amo, nos vemos en la salida— Namjoon fue rápido en besar los labios de su novio para luego tomar el camino contrario a este. Una sonrisa se coló en sus labios cuando escuchó en tonos altos, un:—¡Te amo!—
Ellos sin duda ya no se privaban de nada. ¿Lo ven? Todo estaba bien. No había nada que pudiera perturbar este momento de sus vidas.
... Al final de las clases fue cuando el celular de Seokjin vibró por un par de veces, él había querido no atender pues ya era hora de subirse a la motocicleta de su novio e ir directamente hacia la veterinaria, pero al cuarto llamado él atendió ya sabiendo de quién se trataba.
—Espera, es Jongdae— Era su hermanastro. Namjoon asintió, esperándolo sobre su motocicleta. Y antes de que Seokjin pudiera terminar su frase, él permaneció inmóvil. Temblando de repente ante la noticia. —Estoy yendo— colgó y con rapidez subió a la motocicleta, sus ojos vidriosos por las lagrimas acomuladas. Namjoon fue frenado al querer preguntar. —Tenemos que ir al hospital, papá fue internado— Se abrazó mucho más al cuerpo de su novio.
Namjoon condujo hacia la dirección dada. No les tomó mucho llegar, y cuando lo hicieron ahí estaba el hermanastro de Seokjin esperándolos, esperando a su hermano.
—Será mejor que no lo vean, lo siento Jin— El menor no estaba para nada con ánimos —Lo siento, no quise, yo pensé, pensé que se lo tomarían bien... no pensé que, papá tuvo un infarto-
Seokjin empezaba a entender lo que quería decir su hermano, pero lo importante ahora era el estado de su padre. Namjoon pudo hacerse una idea también, él esperó fuera del hospital.
A penas Seokjin ingresó a la habitación donde se encontraba su padre al parecer estable, dio con la mirada dura de su madre. Se sintió tan juzgado como nunca lo había estado, dolió, por supuesto que lo hacía.
—No deberias estar aquí, eres responsable de esto—
—Mamá...—
Esto era lo peor, de todas las personas que podían juzgarlo no esperaba que sus padres fueran parte de ellos también, y Jongdae había tenido razón, sus padres no eran ese tipo de personas pero al parecer estaban equivocados.
—No hice nada malo— Seokjin trató de verse fuerte, estable aunque sus emociones no lo estuvieran.
La interrupción llegó, el doctor a cargo se hizo presente, dando buenas noticias. Si había sido un infarto, pero había sido atendido a tiempo, claro el hombre estaría en observación por algunos días y revisarán la medicación que ya era ingerida. Pues esta no había sido la primera vez en sufrir uno, por ello ya se encontraba medicado.
—Gracias doctor— La mujer mayor agradeció profundamente agradecida, después de todo era de la vida de su esposo la que había estado en riesgo. Y cuando el hombre de bata blanca dejo la habitación, las miradas cargadas de sentimientos apagados nuevamente aparecieron.
—Ya escuchaste al doctor, él estará bien hermano— Jongdae no estaba siendo muy sutil para que su hermano dejara la habitación.
—Si, será mejor que te vayas, no quiero que tu padre te vea al despertar, podría tener otro ataque. Lo decepcionaste, nos, decepcionaste—
Seokjin agachó la mirada —¿Entonces mi felicidad les hace sentir decepción?— Era tan absurdo y triste. Pero aun así no pudo evitar tener pensamientos, tener que repensar si su relación estaba relamente bien. Ya que ahora no solo estaban siendo miradas o comentarios de extraños, se trataba de sus padres juzgándolo por algo que no debería de haber pasado nunca. Su relación con un hombre era antinatural, ¿eso le querían decir?
—¿No habían dicho que me amaban sin importar nada?— La voz de Seokjin salió rota.
—¡No siendo así! Arruinaras tu vida, y no piensas cambiarlo entonces no vuelvas a mostrarte por aquí—
La mujer simplemente despotricó contra su hijo, la ira y el dolor haciéndose uno.
Seokjin pensó que ya nada tenía que hacer ahí, pero pensó también que tal vez estaba confundido con respecto a Namjoon. Diablos, el pensamiento solo le hizo sentirse peor. ¿Confundido con respecto a su relación con Namjoon? ¿Con un hombre? No sabia que pensar.
Le dio una última mirada a su padre sobre la camilla, el hombre aún estaba dormido y recibiendo suero. Era una imagen que no creyó nunca volver a vivir, y estaba siendo totalmente su cumpla. Jongdae lo siguió, aun con su mirada desolada, culpable. La verdad era que no tenia nada de culpa, él no estaba saliendo con un hombre.
—Esta bien hermano, no puedo asegurar que esto iba a pasar, pero deja de culparte— La sonrisa de Seokjin no llego a sus ojos —Cuida de mamá y papá, yo, yo mañana vendré—
—Hermano— Jongdae no iba a dejar ir a su hermanastro sin hacerle saber de sus pensamientos —No hagas lo que crees es correcto, al fin estoy viéndote sonreír gracias a él—
—Vendré mañana— Su voz salió en tonos bajos.
Hace una hora atrás Seokjin parecía ser el hombre más feliz del mundo, con una única preocupación, comprar un casco para su novio. Pero ahora todo había dado un giro de ciento ochenta grados, hacia la dirección equivocada. Su expresión así lo demostraba: Su mirada estaba sombría y sus pensamientos fuera de lugar.
Namjoon no esperó a que Seokjin estuviera frente suyo, caminó hacia él con ojos preocupados ante el panorama sombrío. Su pregunta tambien fue rápida:—¿Él esta bien?—
—Lo estará—
—¿Tú lo estás?— Namjoon vio la negación —Vamos, llame a nuestros trabajos, no necesitamos ir hoy— La preocupación en su voz también era palpable.
El camino hacia su edificio fue un tanto largo para el gusto de ambos, ellos, sobretodo Seokjin, necesitaba un abrazo y caricias acompañadas de palabras dulces y positivas.
Cuando el entorno se vio y se sintió cómodo y familiar, Namjoon atrapó en sus brazos a su novio. Ellos ya estaban nuevamente en el departamento, el la habitación de Namjoon. Seokjin no evitó los brazos, estos lo envolvían tan cálidamente que era imposible poder rechazarlos.
—Mis padres saben de nosotros, y no están bien con eso— Seokjin había respirado profundamente antes decir aquello. —No lo están...— La realidad lo chocó nuevamente.
Como la había sospechado, —Lo siento, de alguna forma obvia soy culpable— Lo miró a los ojos —Pero creo creo que tengo el derecho, un poquito, de suplicarte—. Seokjin no lo entendió. —No me dejes, por favor— Estaba bien ser alguien patético, no importaba si es que impedía que la persona que amaba no se fuera de su lado —Por favor...—
Seokjin había tenido ese rápido pensamiento, el de terminar la relación con Namjoon, pero se vio tan infeliz que dolió horrores el solo imaginarlo. Esa, esa no era una opción. "No hagas lo que crees es correcto"... Su hermano tenía razón, por más que a sus padres le doliera. Por más que los decepcionara.
—Estás siendo ridículo ahora— Seokjin acarició la mejilla fría —No pienso hacerlo, no podría— Le sonrió tan dulce que Namjoon fue igual de dulce con sus besos. Ah... esto era lo mejor, sentirse amado lo era.
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Para el día siguiente se vio caminado sin sonrisa alguna luego de despedir a Namjoon, pensando en como se lo diría a sus padres, pensando en cómo enfrentarlos. Con un suspiro cansado abrió su casillero, él podía sentir algunas miradas, pero no eran importantes, nunca lo eran. Pero su atención fue a uno de ellos, al chico que había hecho ruido al recargarse sobre los casilleros. Era Yoongi.
—¿Deprimido tan temprano?—
Seokjin no con el mejor de loa ánimos para mantener una conversación en sonrisa, por lo tanto no respondió.
—¿Tu relación ya se jodio?— Yoongi escupió sin trabas en su lengua —Lo sabía, sabía que una relación entre hombres no era posible, demasiados problemas ¿verdad?— Dicho esto Yoongi volvió a retomar su caminata con esa sonrisa fría suya, como si lo supiera todo.
Aunque había que darle la derecha en algo a Min, las relaciones entre hombres si traían algunos problemas, pero nada que no pueda resolverse, al menos eso esperaba Seokjin. Por lo que sus pensamientos se mantuvieron en ello, las clases simplemente pasaron de largo, así como la conversación que su amiga quiso entablar en momentos.
Caminando hacia Namjoon, Seokjin le regaló una sonrisa, una decaída, pero era una sonrisa hermosa de todas formas. Hubieron unas cuantas palabras entre ellos, luego se vio a Seokjin tomar un taxi y a Namjoon irse solo en su motocicleta.
Seokjin se tomaría un par de días, hasta que su padre sea dado de alta, del trabajo. Por lo tanto él ahora mismo se encontraba de camino hacia el hospital, y sabía lo que tenía que enfrentarse, pero él podía, se dijo a sí mismo.
—Gracias— Vio al taxi marcharse. Un respiro hondo y se hizo camino. Para cuando se dio cuenta él ya estaba frente la puerta blanca y listo para girar la perilla, la puerta se abrió mostrando a sus padres. Su madre se encontraba en una silla al lado de la camilla, y su padre sentado en la camilla, al parecer era hora del almuerzo.
—Seokjin— Su madre trató de echarlo con la mirada de advertencia —No es momento—
—Lo sé, pero también quiero que sepan que los seguiré queriendo aunque ustedes no a mi— Tragó el nudo en su garganta —Siento decepcionarlos, pero amo a ese hombre, él es lo que justamente no estaba buscando, pero encontre— Sonrió melancólico —Y me hace tan feliz—
—¿Pensaste en tu futuro?— Su padre le habló con severidad —Mira hijo, no estoy del todo de acuerdo con respecto que te gusten los hombres ahora, nunca lo había imaginado a decir verdad. Pero duele más el saber que no tendrás una vida tranquila, hay personas peores que nosotros— Le dio una mirada —¿Estás seguro de lo que estás haciendo, o de la elección que hiciste?—
Seokjin no tuvo que pensarlo demasiado, plasmó una sonrisa en sus labios y asintió —Estoy seguro, y si hay problemas en el futuro, se que él estará a mi lado y yo en el suyo— Su corazón se sintió tan cálido.
La mujer mayor suspiró, cruzada de brazos e inflexible, pero sus palabras fueron diferentes —Si el no es un buen hombre no lo aceptaré—
Seokjin sintió un brote de alegría. Namjoon es totalmente un buen hombre, hasta donde él sabía. —Entonces...—
Su padre le interrumpió —No estamos aceptándolo del todo, pero es tu vida, nosotras ya vivimos la nuestra y no podemos intervenir en la tuya. Por más incorrecto que sea, no luces como si tu vida fuera ir en picada, estás alegre. Sonríes de nuevo—
—Tu hermano tenía razón— Ahora mujer lucía menos severa —Y, queremos conocerlo, no ahora, pero un día de estos podrían venir a casa— Ya no se veía severa, pero algo en su expresión asustó a Seokjin.
—¿Así que, su nombre es?— El hombre sobre la camilla lucia estar mucho más relajado, de hecho pico una rodaja de manzana para comer.
Seokjin estuvo más que dispuesto de hablarle de su novio, de como era, de sus defectos y cualidades. De cómo él había actuado aterrado ayer, de como era sus días a su lado... Y en fin, él no se olvidó de nada.
...
Para cuando Namjoon ingreso al departamento, Seokjin se encontraba ahí, esperándolo todo entusiasmado y con una gran sonrisa en su rostro. No se parecía en nada al chico de hace unas horas. Esto era mejor.
—Veo que las cosas fueron más que bien, ¿ellos ya no me odian?— Namjoon dejo un beso sobre la frente contraria, aun sin dejar de abrazar a su chico.
Seokjin negó —No, ellos aun te odian, lo bueno que lo aceptan. Nos aceptan—
Namjoon no podía sentirse más relajado que ahora, dios, había estado con el corazón en la mano por todo el día. Era una gran alivio. —Eso es algo, eso es mucho— Lo besó —No voy a engañarte, pensé que me dejarías aun cuando me dijiste lo contrario— Lo beso nuevamente.
—Tonto, te lo repito, no podría dejarte por más que quisiera. Estás pegado a mi hasta el fin de los tiempos— Saltó hacia su novio, él fue tomado de sus muslos. Él fue cargado.
—Que raro, es lo mismo que pienso de ti, no te libraras de mi tan fácilmente—
Luego todo se convirtió en caricias y besos apasionados, gemidos placenteros y jadeos furiosos. Nuevamente todo estaba bien en el mundo.
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Las cosas volvieron a la normalidad, Seokjin volvió a ser ese chico sonriente cuando estaba al lado de Namjoon, y este igualmente. Bajaron de la motocicleta sin apuró, y como de costumbre, ellos dieron un gran espectáculo al besarse. Tan melosos.
Cuando el beso terminó, Seokjin dio con unos ojos amargos y no dudo en pasar por su lado, diciéndole, haciéndole saber:—Deja de ser un perdedor, Min. Él no te esperara por siempre, si es que te esta esperando—
Namjoon sonrió ladino, su novio tenía agallas —¿Intimidando?—
—Él se lo buscó— se encogió de hombros restándole importancia, ahora lo importante era —¿De que color vas a querer tu casco?—
—No pasara, le pedí otro día libre a mi jefe, iré contigo. Digamos que no quiero lucir un casco infantil y ridículo— Estiró su brazo hasta que rodearon la cintura de Seokjin. Apegándolo mucho más.
—Hey— Un pequeño golpe —No iba a ser tan ridículo—
Rieron. Rieron mientras sus miradas desprendían calidez y amor, ese tipo de amor que no resultaba fácil de eliminar. Que cualquiera lo intentara, de todas formas no lo lograrían. Ellos serían fuertes ante todo inconveniente.
Así queda demostrado que no es necesario estar buscando el amor, este puede aparecer en cualquier forma. En este caso, se presentó como simples compañeros de piso. Aunque, si buscas, tal vez encuentres...
[Fin/Continuará...]