CAPÍTULO QUINCE
COLE se sentó, los sentidos en alerta máxima. Inconscientemente, tomó su Colt Cavalry y maldijo cuando recordó que Monroe se lo había llevado. Así que se sentó, escuchando, listo para huir si era necesario.
Dos caballos, acercándose un poco lejos. Las habilidades altamente desarrolladas de Cole no lo abandonaron en ese momento. El sonido que hacían los caballos era distintivo. Solo uno cargaba un jinete.
Rápidamente miró a su alrededor. Había numerosas rocas, ramitas, pero nada lo suficientemente grande como para usarlo como arma. Entonces vio algo, una rama que yacía medio sumergida en la corriente que fluía suavemente. Sin corteza, brillaba con un color blanco marfil bajo el agua. Extendiendo la mano, lo tomó, sopesándola en sus manos. Sería suficiente.
Moviéndose sil
