Kath se quedó inmóvil por un momento luego de escuchar lo último, sus pensamientos eran una maraña de confusión y enojo. Las palabras de Michele resonaron en su mente, pero ella solo sentía una creciente furia. Se había sentido vulnerable y manipulada luego de comenzar a confiar en él. Kath observó el contrato esparcido en el suelo, mientras pensaba que su vida estaba siendo controlada de una manera que nunca había imaginado. Kath sintió cómo la sangre le hervía. La ira comenzó a apoderarse de ella, su cuerpo temblaba de rabia. Michele observó como sus fosas nasales se ensanchaban a causa de su respiración acelerada y sus puños se apretaban. Sin decir nada más, Kath salió del despacho con la cabeza alta, pero su corazón todavía latía con fuerza por la confrontación, mientras su mente e