—Te dije que estarían esperando en el puerto —dijo Aisling con frustración mientras Derek se compraba una chamarra con capucha para ocultar mejor su rostro. —Se mueven rápido —murmuró él con disgusto, viendo que ella ahora estaba comprando perfumes. —Ponte esto. —Empezó a rociarlo con dos perfumes al mismo tiempo, casi en su cara, haciéndolo toser mientras su lobo se retorcía y gruñía de irritación. —¿Cómo te atreves a hacerme eso? ¡Mi nariz es sensible! —gruñó frustrado y ella una vez más le puso su carita inocente para darle pena. —Lo siento, a mí tampoco me gusta, pero ayuda a disfrazar el olor. —Aguantó la respiración y se roció mucho perfume también a sí misma. —Pudiste haberme advertido. —La miró con irritación, aunque ella no le hizo mucho caso e incluso volvió a rociarlo ot