Loyd quería volver rápido a California, pero sabía que era un proceso complicado, porque realmente tenía muchas cosas que averiguar junto con el grupo de acianos. Empezando por el hecho de que hubieran recibido a alguien de la manada de los Walters, que le daba mala espina a Loyd, y siguiendo por la necesidad de apoyo para que los Daurella no quedaran mal parados con el problema de Vinicius. “Maldición” —pensó enojado Loyd, sabiendo que no podía dejar entrever sus emociones, y mucho menos delante d Saraí, que parecía cada vez más deseosa de pasar tiempo con él. Caminaban por el recinto rápidamente y Saraí intentaba seguirle el paso, mientras le comentaba lo feliz que había sido de haber dormido a su lado y que le encantaría tener un hombre como él siempre con ella. —Pienso que realmente