Relata Eva: Azote la puerta de mi habitación, caminé de un lado para el otro, nerviosa, enojada, indignada. ¿Qué yo era su esencia y la de la empresa? ¿Hasta cuándo quería mi madre que viviera bajo su sombra? ¡Yo no era ella! Esa noche, casi no pude dormir y fue más por la rabia, que por decidir lo que debía hacer, pues ya estaba más que preparada, desde hacía tiempo tenía la intención de hacerlo, solo que antes no me atrevía. Pero ya era hora de soltar y dejar ir. Por la mañana, había dejado órdenes precisas con el personal para que me enviaran mis cosas a mi aviso, luego de que encontrara un lugar para vivir, y una enorme maleta me acompañaba al salir de mi habitación. Mi madre, la respetable Selene de Golf, me esperaba en la sala con una humeante taza de té entre las manos. — ¿Te