Brooklyn- New York, Usa. El viento soplaba con fuerza por la ciudad, Alba de pie en la entrada del museo sobaba sus brazos debido al frío que calaba sus huesos, entonces una especie de corriente la recorrió al ver el BMW de Santiago aproximarse, sintió su estómago encogerse. Suspiró profundo cuando lo vio bajar del auto irguiendo su metro noventa de estatura. Una gran O se dibujó en la boca de Alba, al verlo caminar hacia ella con esa seguridad característica de él, mojó sus labios al mirar lo bien que le lucían esos vaqueros azules, y esa chompa de cuero negra. Cuando lo tuvo frente a ella, la respiración se le cortó por milésimas de segundos, sus piernas temblaron. —Hola —saludó él, sonriéndole, entonces se acercó a ella y besó su mejilla, aspirando su aroma a gardenias. —Buenas n