Dos años después. Alba vestía a su pequeño hijo para su primer día de clases. Alex estaba muy emocionado porque le gustaba aprender cosas diferentes. —Déjame verte mi amor —pidió observando a su niño con su uniforme impecable. Los ojos de ella se cristalizaron sintiendo nostalgia, ver a Alex, con su pantalón de vestir azul marino, su camisa blanca y su chompa celeste revivió en ella tantos recuerdos en especial la imagen del padre de la criatura se vino a su memoria. —Vamos rápido, mamá, quiero conocer mi nueva escuela —dijo con emoción Alex. Alba se secó las lágrimas, tomó de la mano a su niño, caminaron varias cuadras, cuando llegaron a la escuela, la muchacha se inclinó y se puso a la misma altura de su hijo. —Alex recuerda que no puedes irte con extraños, la única persona que te v