Todo en esta mujer era acogedor, amable y maternal. Asentí, pero estaba un poco asustada de que me hubiera hecho una verificación de antecedentes. Aunque, con su historia, no me extrañaría que ella o Alessandro hicieran lo mismo. Sacudiendo la cabeza, salí de los brazos de Cloe. —Déjame buscar mi abrigo y mi bolso Cloe sonrió torcidamente, luciendo como Alessandro y haciendo que mi corazón se encogiera y mariposas atacaran mi estómago. Fui al armario, agarrando mi abrigo y bolso. Me deslicé en un par de tacones que estaban en mi armario, gracias a la compradora que Alessandro contrató, y deslicé mi teléfono celular, que se había estado cargando en la mesa de la consola en el vestíbulo. Bajamos en el ascensor y subimos al Range Rover que nos esperaba. Era n***o, elegante y sexy. Un homb