Anna no se había percatado de lo guapo que los dos gemelos eran hasta ese momento, por lo que abrió sus ojos de par en par ante la sorpresa que recibió al notar lo muy bien presentados que eran. Apolo fue el primero en acercarse a ella para saludarla con un leve apretón de manos y con una sonrisa de lado sin mostrar sus dientes.
— Anna, vaya sorpresa el tenerte aquí con nosotros — La susodicha asintió un tanto incómoda mientras comenzaba a recobrar su cordura — ¿Gustas sentarte con nosotros para que nos digas lo que te hizo llegar a nuestra oficina el día de hoy?
— No, no — Balbuceó un poco mientras negaba con su cabeza ante la invitación que le ofreció — Vengo muy rápido para decirles algo que no nos tiene muy contentos en el área de finanzas — Hizo una mueca de incomodidad al sentirse
