Alex sujetó el volante, miró a través del cristal del frente y actúo como un niño con un juguete nuevo, lo que le dio a Elena una mala señal y recordó que olvidó hacer una pregunta importante – ¡sabes conducir!, ¿cierto?
– Un poco.
Tanto Elena como Alicia se sujetaron y emprendieron el viaje a través del mercado para llegar a la villa de Varem, por fortuna llegaron completas junto con todas las maletas, aunque en el caso de Elena, un poco despeinada.
En la villa, Cristián leía el periódico con un cigarrillo en los labios, la señora Melissa le enseñaba a Erika a bordar y Dorian cambiaba las tazas para servirles más té.
Cristián alzó la mirada al escuchar el sonido de un motor y salió a darle la bienvenida, Elena tenía el cabello más corto con mechones que rozaban sus hombros y la hacían
