Fuera de la oficina del señor Villon Elena dejó de actuar como una persona sospechosa, caminó con la frente en alto aprovechando que la lluvia se había detenido y miró los edificios a su paso, nadie la conocía lo suficiente para saber su identidad y de manera casual, miró a su derecha y descubrió uno de los afiches publicitarios de su compañía. Si alguien preguntaba por el motivo de su visita, siempre podía decir que fue para investigar. – ¡Mi lady!, ¡cuidado! – escuchó que Jessica le gritaba y al girar vio al chico de cabello oscuro que chocó contra sus piernas. Jamás sintió curiosidad por descubrir la dureza del piso, y sí hubiera querido hacerlo, no habría elegido su trasero como medio. – Mocoso, ¡ven aquí! – le gritó Jessica y levantó al chico a la fuerza. Elena hubiera prefiero q