La música cambiaba constantemente y esa en particular era una de las favoritas de Elena, podría escucharla todo el día sin cansarse, lo cual fue una pena porque Mimi no podía soportarla y se cubría las orejas con las patas. – No tienes oído musical – se quejó Elena. El teléfono sonó y después de un largo tiempo escuchó la voz de su madre. – Hola hija, ¡espero no interrumpirte! – habló Julieta. – No lo haces, dime. Julieta suspiró – la abuela tomó el tren esta mañana, llegará por la noche a la villa. Eso la tomó por sorpresa, pero al pensarlo más detenidamente se dio cuenta de algo, su madre la llamó a la tienda, no a la villa, lo que significaba que sabía sobre su separación y la llamada era para advertirle, ¡la abuela no lo sabía! – Entiendo, tendré cuidado. – Gracias, cuídala muc
Download by scanning the QR code to get countless free stories and daily updated books