Recuerdo haber pasado toda la mañana encerrados en su cuarto, entre besos y anécdotas de lo que ha vivido mientras no estoy junto a él. Recuerdo que le pregunté De verdad me ama? y contestó más que a mi vida. Fue la primera vez que sentí un fuego arder dentro de mí. Sentí que él me deseaba solo a mí, que no me cambiaría. Así que le respondí: Yo también. Bésame. Aplastó mi cuerpo con el suyo al caer tendidos en el colchón. Los besos terminaron de prender la llama. Saqué su franela, volvió a poseer mis labios, jaló la fina tela de mi blusa hacia abajo liberó mis pechos. Al sentir su lengua jugar con ellos, se erizó mi piel.
_No puedo dormir pensando en ti, en tu olor, en esos ojos
Rozó mi piel con su nariz y lengua hasta la pretina de mi falda
_ Quítala
Recuerdo que le pedí con tal urgen
