- buenas noches hay alguien - shhhh no hagas caso pronto se irá pide mientras continúa besando mi cuello - señor soy el repartidor alguien ordeno alitas Cristopher respira profundamente y cierra los ojos aparentando los párpados lo que me hace reir - creo que no se va a ir además necesitamos la comida, tengo hambre - y tú cuando no tienes hambre- dice el muy insolente- santo cielo creo que estoy pagando todos mis pecados me encanta ver su reacción no puedo dejar de reír, suspira profundamente me toma de la cintura y me coloca sobre el sofá yo trato de acomodarme la ropa pero Cristopher estaba tan frustrado que no se da cuenta que no trae camiseta se lo quiero decir pero ya es muy tarde abre la puerta y el pobre repartidor se queda en shock a ver a alguien tan alto, atractivo e impon