Narra Ava. Mis piernas me temblaban. Mi corazón amenazaba con salirse de mi pecho. Al salir el aire fresco golpeó mi rostro, vi un taxi y le hice la señal para que se detuviera. Ingresé y le di la dirección. Lleve por instinto mi mano a mis labios aun hinchados, ese beso había sido el mejor de mi vida, bueno solo había tenido un novio en la vida, pero no había discusión en la comparación de los besos. Mi jefe, Maximiliano, me hizo temblar. Cuando llegué a mi departamento, me desvestí y ingresé a la cama. Cerré los ojos y casi de inmediato su rostro apareció, recordé las horas antes del beso, cuando estábamos hablando frente a varios empresarios. Pero a medida que avanzaba la noche pude verlo interactuar con la gente, había sido tan imposible no estar encantada con su manera de expresars