La chica se llevó las manos a la boca. «Eso tenía que ser el gluten»Pensó. —Señorita, ¿está ahí? —preguntó la muchacha del otro lado de la línea —Sí, sí, ya voy para allá, me indica el nombre de la clínica, por favor —pidió mientras salía de su apartamento. La joven le dio la dirección, y enseguida Eva salió corriendo hasta ahí. —No debí dejarlo consumir gluten —se reprochaba como si fuera su culpa… Cuando llegó a la clínica, fue directo a recepción; le indicaron que Demetrio estaba recibiendo tratamiento para desintoxicarse. Eva firmó una autorización, y entró a una de las habitaciones. Demetrio estaba acostado, boca arriba, mientras recibía tratamientos por la vena. —¡Ahhh! —gritó Eva al verlo, asustada. La hermosa cara del italiano estaba hinchada, y parecía un monstruo. Deme