Me sonrojo y mentalmente agradezco a mi teléfono por interrumpir este momento vergonzoso. No soy buena para recibir elogios. Además no siento ni por un segundo que los merezca. Simplemente no es así.
—Es Selena— digo mirando la pantalla algo sorprendida
Eso es extraño, nunca me ha llamado del trabajo hasta ahora. Ella es seria y calculada, siempre me dice que odia cuando sus compañeros pierden el tiempo hablando por teléfono para alejarse del trabajo -el que al final recae sobre sus hombros- Entonces, es un poco extraño que me llame...
—Responde. Voy a ver a nuestro paciente— dice, agarrando su bata y dirigiéndose hacia la habitación donde está Brutus.
—¿Qué pasa?— Respondo alegremente.
Si es la primera vez que me llama desde el trabajo, al menos debo ser optimista.
—¡Tengo noticias importantes!— su voz parece seria, pero también un poco alarmada.
—¡Dilas!— Me río con impaciencia, ocultando mi sensación de "algo no huele bien".
—¿Recuerdas la fiesta que organizó mi jefe para recaudar fondos en beneficio de los niños con leucemia?
—Sí, me contaste algo sobre eso— respondo con calma, tratando de recordar el momento en que me habló de eso— ¿No es esa la fiesta en la que subastan a las mujeres como meros objetos?— Pregunto algo horrorizada.
Al ser una fiesta benéfica, con el fin de recaudar la mayor cantidad de dinero posible, al jefe de Selena se le ocurrió la idea de subastar citas con una serie de "chicas hermosas". Simplemente eligió algunas modelos que parecían aceptables, las vistió de manera ridícula y en su mayoría indecente y las subió al escenario para venderlas para una "cena" a cambio de grandes sumas de dinero. Tal vez me equivoque, pero "prostitución" es la palabra adecuada... ¿Quién querría cenar con un hombre rico que no se queda con las manos en casa y no habla de nada más que de sí mismo? Claramente yo no sirvo para eso.
—Bueno, agárrate fuerte, porque… le dije a mi jefe que aceptaste ser una de las chicas de la subasta.
—¿¡Que hiciste!?— Grito completamente desprevenida.
El rostro de mi jefa parece confuso y sorprendido detrás de la puerta, pero la ignoro mientras proceso la terrible noticia docenas de veces. ¡Esto simplemente no puede ser cierto!
—¡Raven te lo ruego! Una de las chicas se rompió una pierna en una presentación y nadie querrá pujar por una mujer con muletas. Necesito una chica que se vea bien y tenga suficiente cerebro para mantener una conversación. ¡Realmente no tengo tiempo para encontrar un reemplazo!
—¿Y realmente no has encontrado a nadie más? ¿¡Por qué no Cassey!?
Nunca, jamás aceptaré tales "actividades". ¿Cómo recaudar dinero para obras de caridad, ofreciendo a cambio citas con mujeres arregladas hasta el último detalle exactamente para esto? Una sola palabra resuena en mi mente, por mucho que intente convencerme de lo contrario: ¡prostitución!
Está bien, tal vez es un tipo de prostitución con un propósito noble...
¡¿Qué diablos está pasando por mi cabeza?!"
—Ella está ocupada con el viaje con los niños del gimnasio esa noche, ¿lo has olvidado?
Exhalo ruidosamente y cierro los ojos para procesar toda la situación. No quiero hacer esto, pero tampoco puedo decepcionar a Selena. Ella y Cassey son como hermanas para mí y sé que harían lo mismo si estuvieran en mi lugar...
—Selena, no quiero que ningún tipo que tira dinero por donde camina y mira, intente aprovecharse de mí
—Por supuesto que no lo harán. No se les permite hacer nada más que tomar tu mano. Perfectamente normal y aceptable— dice con profesionalidad y seguridad.
Estoy segura de que me arrepentiré de esto, pero...
—Vale, esta bien— las palabras decisivas se me escapan con voz derrotada.
—¡Muchas gracias linda! ¡Te debo un favor y te prometo que todo estará bien!— terminó la llamada sin esperar mi respuesta.
¿Por qué tengo la sensación de que no será así?
XXX
Punto de vista de Eduard
Terminé con estos informes y como el viaje a Rusia tiene que posponerse, me quedo nuevamente sin preocupaciones.
Debería haber traído más archivos a casa...
Ahora soy libre de pensar en ella otra vez. Frustrado, abro la computadora y reviso la grabación de ella saliendo del edificio. Su hermoso rostro no es claramente visible porque por alguna razón desconocida sólo parece estar mirando hacia abajo y aparte de los pocos segundos que es filmada antes de subirse a un taxi no tengo información sobre ella. ¡Absolutamente nada! Como si todo fuera un sueño y ella un fantasma del pasado que sigue atormentándome.
¡Lo intenté todo! Al parecer, ningún empleado del bar donde la conocí la había visto antes y como no sé nada de ella, nada más lo apasionada que es entre las sábanas, no logré encontrarla. ¡Odio esto! Por primera vez en mi vida me siento inútil. Ni siquiera puedo encontrar a una mujer que haya salido de mi puerta de la misma manera que entró. Por voluntad propia.
No sé por qué ni cómo, pero tiene la culpa del estado en el que me encuentro ahora. No puedo dormir, no puedo trabajar...
Yo, el gran magnate que soy, el hombre del corazón de hielo, no puede trabajar por culpa de una mujer
Me negué hasta ver una de mis tantas conquistas también, porque parece que ninguna mujer es lo suficientemente "interesante" para mí desde esa noche. Ninguna mujer excepto ella, por supuesto.
A donde miro en el departamento me parece verla y cada vez que cierro los ojos no puedo evitar pensar en lo bien que me sentí con ella en mis brazos, con su cuerpo fusionado con el mío y con su perfume envolviendo mis sentimientos. Como si hubiera sido creado especialmente para mí.
—¿Quién eres?— Susurro, analizando una vez más la figura del vestido rojo en la foto.
Pero mi teléfono suena y me distrae. Miro la pantalla y frunzo el ceño.
—Madre, ahora no es un buen momento, estoy muy irritado por la interrupción.
Realmente no tengo el humor necesario para escucharla quejarse de que no voy a visitarla más a menudo y que hace mucho tiempo que no me ve. Me preocupo por mi familia, aparte del dinero, es todo lo que tengo, pero eso no puede cambiar mi naturaleza fría y distante. Así soy yo y no lo puedo cambiar.
— Hola a ti también, cariño— responde riendo— Alegre como siempre.
—Tengo que volver a trabajar. ¿Qué es?— Digo en un tono más tranquilo.
La escucho resoplar enojada, lo que de repente despierta mi curiosidad. O la molestia. No estoy de humor para uno de sus discursos "maternales". Además, odio que me digan qué hacer.
—Me gustaría que de vez en cuando te tomaras un descanso de todo esto. ¡Mira, afortunadamente tengo una fiesta a la que puedes ir!
¡Eh! ¡Buen intento! Ahora sé lo que sigue. Típico de ella. Cuando se aburre de arrastrar a papá a las fiestas de sus amigos esnobs, me envía, eso si logra convencerme.
Lo cual rara vez sucede.
—No puedo. No tengo tiempo para divertirme— es mi respuesta corta y fría.
—Cariño, por favor. Es una fiesta benéfica y no será tan mala... Se subastan citas con chicas guapas— intenta sonar convincente.
Suspiro y dejo que mi mirada vuelva al monitor.
Bueno, si me asegura de encontrar a esta mujer que ha estado torturando mi mente desde que la conocí, entonces iré
—No necesito pagar por la compañía de una bella mujer y no sé si soy libre. Tendré que pedirle a mi asistente que consulte mi agenda— trato de disculparme y escapar fácilmente de su red.
—¡Ni se te ocurra poner esta excusa conmigo! Por favor, ¡es la fiesta de un viejo amigo y es con fines benéficos!
— ¿No puedo simplemente enviar un cheque?
—No, sólo ve a la fiesta. Estoy segura de que te divertirás, tal vez incluso te encariñes con la joven por la que estás pujando— se rió de nuevo.
Joder con ella.
De cualquier manera, este será uno de esos raros momentos en los que me rendiré y complaceré a mi madre. Pero sólo porque me molestará si no acepto la próxima vez que nos veamos. De todos modos, mientras la que se fue sin dejar rastro de mi casa, pero no de mi mente, no sea encontrada, tengo que intentar concentrarme en otras cosas.
—Ganaste. Iré. ¿Eres feliz ahora?— Digo derrotado, aceptando que no tengo ninguna posibilidad contra ella.
—Gracias cariño. Te envío los datos con tu asistente— dice en tono alegre y despreocupado, finalizando la llamada.
Parece que iré a esa fiesta después de todo...