[GIANNA] Quisiera escaparme de su beso, pero mi boca se niega y en cambio respondo como si se me fuera la vida sobre sus labios. Poco a poco su lengua pide acceso a mi boca y yo no hago más que acceder. La temperatura del agua pareciera estar hirviendo a pesar de que el otoño hace de las suyas a nuestro alrededor. No tengo idea de cómo ocurre, pero a mi espalda choca con la pared de la piscina y sentirlo tan pegado a mí es una tentación divina. Nuestras respiraciones se agitan obligándonos a hacer una pausa y sus ojos clavados en los míos lo dicen absolutamente todo. —Ya no puedo contener todo esto que me pasa contigo—Me dice en un susurro y lentamente besa mi cuello. —Nos van a ver—Advierto e inevitablemente enredo mis dedos en su cabello. —No puedo pensar en nada cuando te tengo así