“Mmm”, respondió Lek. “Sí, estoy bien con el dinero y sí, tengo curiosidad por saber cómo supiste sobre el maestro y Ali, pero si no quieres decirme, también está bien. Sé que te gusta mantener algunas cosas en secreto, que tienes tus caminos y tus medios.
Realmente vine para decir que iría al cajero por la noche, si querías bajar y recuperar el sueño después de anoche”.
"Oh, gracias, amor", dijo la jefe, en serio. “Realmente me vendría bien poner los pies en alto y ver una buena película después de acostar al bebé. Entonces también puedo darle la noche libre a la niñera. Recientemente ha estado gimiendo un poco porque nunca tiene tiempo. ¿Pero quién lo tiene? Eso es lo que dije. OK, lo aceptaré. Dame veinte minutos para juntar mis cosas y me iré".
El a no había dicho nada acerca de cómo sabía sobre el maestro y Lek sabía que era mejor no insistir. Beou nunca olvidaba nada, así que, si no había respondido la pregunta, era porque no tenía la intención de hacerlo. Lek regresó a la barra.
El turno nocturno había puesto un poco de arroz en la ol a y Beou había comprado una bolsa de cerdo al curry y una bolsa de verduras cocidas para quien tuviera hambre. Por lo general, eran las muchachas más jóvenes que no tenían instalaciones para cocinar o que estaban temporalmente escasas de fondos las que necesitaban esto y algunas estaban comiendo ahora, aprovechando la tranquilidad de la tarde. La mayoría de las chicas habían comido en "la Cocina de Mamá" en algún momento u otro. Proporcionarlo costaba solo unos centavos, pero significaba que nadie pasaba hambre y que todos tenían suficiente energía para trabajar hasta la una de la madrugada.
Mamá no era tonta.
Mama San salió en ese momento con sus bolsas de la compra y las l aves de su motocicleta.
"Está bien, señoritas, me voy ahora. Sean buenas." el a anunció. Lek se ha ofrecido a reemplazarme esta noche, así que consíganse amigos decentes mientras ella está fuera de acción. Las veo mañana. ¡Oh, y Lek! Casi olvido. Tu maestro vino a eso de las dos y dijo que te diera esto. Aparentemente, lo dejaste en su mesita de noche”. Con indiferencia tiró un pequeño sujetador de pelo y se fue.
"Woo, woo, woo, woo, woo", gritaron todas las chicas a la vez.
La historia ya se había extendido y Lek se frotó el trasero y fingió estar avergonzada.
La sesión de la tarde comenzó muy bien: en su mayoría británicos de mediana edad, en su mayoría borrachos y en su mayoría asombrados de estar en un país donde los bares estaban l enos de mujeres jóvenes y amistosas dispuestas a hablar con ellos, y que estaban abiertos todo el día vendiendo cerveza a precios razonables. Lek jugó bien su papel de anfitriona; lo había hecho muchas veces antes. Podría ofrecer un cigarril o a los que se sentaban al í un rato o presentar a una chica u ofrecer buscar pareja para un juego de bar.
Se había ofrecido como voluntaria para ser la cajera como expiación y eso significaba sentarse en la parte de atrás del bar, controlar el dinero y las chicas, pero no acudir a menudo al bar.
En Daddy's Hobby, como en la mayoría de los bares, las chicas atraían a los apostadores bailando, gritando o posando, tomaban los pedidos y luego entregaban las bebidas.
También se sentaban con los bebedores, si querían, y trataban de sacarles Lady Drinks. La orden iba a la cajera, quien le escribía una nota, ella también la anotaba en un libro mayor o tenía un duplicado.
El cliente recibía una copia en un vaso de precipitados frente a él. Cuando quisiera cobrar, una chica sumaba las cuentas y llevaba su p**o a la caja, quien verificaba que todo estuviera en orden, marcaba su factura como pagada y le entregaba el cambio, que la chica le devolvía, esperando una propina. Por lo tanto, la cajera estaba atada a la caja, siendo la única persona con acceso a la recaudación y, en consecuencia, tenía pocas posibilidades de realizar alguna acción. Por esta razón, y por la responsabilidad y la confianza necesarias, una cajera ganaba normalmente el doble del salario básico normal de una chica de bar.
Mama San solía trabajar como cajera.
Lek se sentó detrás de un escritorio de tamaño mediano, en el que se colocaba un libro de cuentas duplicado, un libro de contabilidad de ventas, un diario de escritorio, una grabadora, un reproductor de CD y el control remoto del televisor.
Estaba a cargo del entretenimiento audiovisual así como del entretenimiento nocturno.
El trabajo era rítmico. Siete muchachas traían pedidos de forma regular; había que escribir fichas; realizar entradas en el libro mayor; cambiar cintas o CD; dar cambio; cambiar los canales de televisión; hacer introducciones; intercambiar bromas. Todo hacía que el tiempo pasara rápido.
Los "novios" habituales de dos de las chicas, Joy y Deou, Barry y Nick, l egaron para recogerlas a las nueve en punto. Lek consideraba importante armar un escándalo especial con los novios habituales, como también lo hacía Mama San. Los "novios habituales" eran el equivalente de las chicas a la pista caliente de un vendedor. Todo novio habitual era un posible boleto para salir de Pattaya.
Un hombre se consideraba un novio habitual si volvía por la misma chica varias noches seguidas. Los mejores eran los hombres que acababan de l egar, en cuyo caso una chica tenía hasta cuatro semanas para que él se enamorara de ella, por no hablar de los 28 días de salario regular.
A menudo, un cliente habitual hacía arreglos para encontrarse con su dama en el bar de la casa a las ocho o nueve en punto; tomarían unas copas (y Lady Drinks) y el p**o de bar se haría discretamente junto con su primer pedido. Más tarde, podían irse a comer o ir a ver un espectáculo, aunque la chica habría estado trabajando al í desde las cuatro o las cinco, como de costumbre, por si él no se presentaba. La regla de la casa era hacer que
estos hombres se sintieran especiales: todas las chicas charlaban con ellos; todas las chicas se ofrecían jugar juegos de bar; todas las chicas los trataban como parte de la familia.
¡Parte de la familia, pero no de la hermandad!
No solo el género los excluía de eso. Ser extranjeros o falang (como se l ama a los caucásicos) los excluía también. Es importante darse cuenta de la diferencia. Ninguna de las chicas intentaría robarle el novio a una colega. Todas las chicas querían lo mismo y todas las chicas harían todo lo posible para ayudar a una amiga a lograr su ambición. Si un novio l amaba cuando su dama estaba, digamos, de compras o algo más, todas las chicas disponibles harían un escándalo por él, mientras que Mama San la llamaba discretamente para decirle que regresara a la base a una velocidad vertiginosa. Muchas chicas intentarían cubrir sus apuestas haciendo "un poco de tiempo", si no estuvieran seguras de su marca.
Lek se tomaba un par de minutos para repasar; tomar su pedido personalmente; darles la mano; preguntarles si irían a algún lugar especial más tarde y ofrecerles un cigarrillo; luego volvía a su papeleo. El resto dependía de ellas ahora y lo estaban haciendo bien hasta ahora.
Lek miró al grupo de cuatro; notó su lenguaje corporal y los sopesó: habían estado viendo a sus novios durante aproximadamente una semana y los habían visto todos los días y noches, lo cual era una muy buena señal. Se alojaban en el Marriott, por lo que no les faltaba dinero; tenían alrededor de cuarenta y cinco años, por lo que probablemente no eran "mariposas" como la mayoría de los hombres más jóvenes e incluso podrían divorciarse. Se vestían elegantemente. Ambos procedían de la misma ciudad del sur de Gales y habían volado juntos. Era su primera vez en Tailandia y estaban en la tercera semana de una estadía de cuatro semanas.
Cosas de libro de texto, pensó, las chicas tenían todas las posibilidades de éxito: las muchachas estaban casi casadas.
Pasó los canales de televisión para ver si podía encontrar algo de fútbol, tal vez luego se quedarían un poco más; después de todo, a todos los británicos les gustaba el fútbol, ¿no?
Dos de las otras chicas, Porn y Or, parecían estar bien también, afuera, jugando al billar con dos ingleses bastante agradables. Tenían una buena oportunidad. El resto de las chicas estaban afuera, engatusando a los transeúntes para que vinieran al bar. Mott estaba intentando bailar en el tubo. El a no era muy buena en eso, pero para ser justos, el poste tampoco era lo suficientemente largo. Aun así, estaba teniendo una oportunidad y era divertido, si no sexy.
Ayr y Goong trajeron a dos borrachos hacia las once y media y parecían bastante felices, aunque Lek pensó que estaban por debajo de sus amigos. ¡Todavía! Depende de ellas, ella tampoco siempre lo hacía bien. Pidieron una ronda y enseguida llamaron a la Mama San.
Obviamente, tenían algo de experiencia en Tailandia, aunque no en Daddy's Hobby.
"¿Cuál es el valor del bar por estas dos muchachas?" uno de ellos arrastraba las palabras.
"¿Y hablan inglés?" el otro intervino.
Lek se acercó. El a pudo ver que eso necesitaba un manejo delicado, así que l amó a Fa para que se hiciera cargo de la caja.
“¿Por qué no se sientan a hablar con Ayr y Goong primero? Beban. Hagan amigos —
sugirió ella, acomodándose frente a ellos.
“Son mujeres encantadoras y hablan inglés bien. Mi nombre es Lek, soy muy buena amiga de ellas. ¿Cuál es su nombre?
"Ach, este es Dougal y puedes l amarme Jock", dijo uno. “Hola Ayr, hola Goong, hermosas jovencitas. ¿Quieren un trago? ¿Y tú, Ayr? ¿Y tú? Lek, ¿dijiste que era tu nombre? ¿Estás listo para otro, Dougal?
Dougal asintió y estrechó la mano de Ayr.
A Ayr y Goong les resultaría difícil seguir el acento escocés de los hombres, pensó Lek.
Ya era bastante difícil para ella. Aun así, las chicas sí hablaban inglés, por lo que podían
tener una especie de conversación unidireccional, si eso era lo que querían. Lek se arriesgó a que los escoceses no entendieran el tailandés, aunque bien podrían ser residentes de Tailandia y habló con sus amigos en su lengua materna:
“¿Están seguras de que quieren seguir adelante con esto? Están un poco borrachos y ya las han estado toqueteando, a la vista también. ¿Por qué no tomar unas Lady Drinks? rían un poco; ir a por una propina y déjenlos vagar más tarde No queda mucho para irnos ahora y podemos irnos a casa juntas”.
Fa l amó la atención de Lek sobre un asunto similar en el fondo del bar.
"No vayan a ningún lado ni prometan nada hasta que yo regrese. Díganles que el precio del bar por las chicas es de 500 cada una. Hablen de cualquier cosa, no tardaré”, aconsejó Lek.
"Lo siento, chicos, vuelvo en cinco minutos", se disculpó en inglés mientras se dirigía a la parte de atrás del bar
Los dos ingleses esperaban con Porn y Or, que, conociendo la rutina, se había retrasado en pedir la factura de los clientes. Lek miró a las chicas a los ojos cuando se acercó y les preguntó en voz baja si estaban contentas con la situación. Dijeron que lo estaban igualmente en voz baja, por lo que Lek les indicó a todos que se sentaran en la esquina cercana de la barra detrás de la sil a del cajero.
"¡Hola! Mi nombre Lek”, dijo a los ingleses, “¿Les gustan las damas? ¿Cuál es su nombre?
Se presentaron como John y Bob y estrecharon la mano de Lek.
"¿Qué quieren hacer con estas chicas?" preguntó con descaro, pero sin ningún indicio de insinuación.
"Umm, bueno, estábamos pensando en ir a comer algo y quizás ir a un club más tarde", dijo Bob.