Alessandro Sussina era un escritor de cuentos infantiles bastante reconocido que trabajaba para una pequeña editorial en Italia cuyos mayores compradores eran colegios, Carina Rubio era una profesora de primaria y ambos se conocieron cuando Alessandro realizo una visita al colegio para compartir con los niños una lectura de su nuevo libro de cuentos, el amor fue inmediato entre ambos, fue amor a primera vista y Alessandro paso un buen tiempo mandándole flores a la profesora hasta que esta acepto salir con él a una cena, a ella también le gusto mucho el hombre, pero quiso hacerse la difícil por un tiempo. Dos años después de haberse conocido y a un año de haberse casado le dieron la bienvenida a su hija en la ciudad de Florencia, Italia, la llamaron Zoe y fue la princesita de toda la familia porque fue la primera nieta por ende fue la que más regalos consiguió.
Dos años más pasaron y Zoe era una niña preciosa, su cabello de rulos grandes era una espesura oscura como la selva, sus ojitos almendrados de iris color café y una chispa contagiosa con la que enamoraba a cualquiera, con los cortos años que tenía ayudaba a su padre creando historias fantasiosas que él llevaba a los libros comerciales y cada uno de ellos era dedicado a su preciosa hija; Zoe era la niña más feliz del mundo ajena a todo lo que sus padres hacían porque a su edad solo le importaba que ellos le dieran mucho amor hasta que un desafortunado día ambos fallecieron, sin saber como, cuando o donde, Zoe no tenía idea de que fue lo que paso ni como es que un día estaba con sus padres y al siguiente estaba en la casa de sus tíos paternos donde ambos lloraban desconsolados. Su tía Míriam trató de explicarle lo mejor que podía que sus padres no volverían y que era un milagro que siguiera con vida después del terrible accidente que sufrieron, Zoe no recordaba ningún accidente porque su mente de dos años se había encargado de bloquear completamente aquel evento a tal punto de dejarlo solo como pesadillas esporádicas que la hacían despertar gritando dos o tres noches por semana.
Su tío Efraín, hermano menor de Alessandro, no era un hombre muy afectuoso que se diga y es que no era para menos pues trabajaba para la milicia italiana, sus abuelos tanto paternos como maternos no quisieron hacerse cargo de ella tras la muerte de sus respectivos hijos y es que la pequeña tenía las facciones de ambos, el recuerdo les parecía doloroso, pero eso solo era una excusa barata; cada vez que Efraín volvía a casa le llevaba un chocolate a Zoe que como única figura materna tenía a Míriam, la mujer trabajaba en una florería que estaba aún lado de la casa e incentivaba a Zoe a ayudarla en todo para que no se sintiera abandonada y como la pequeña tenía una soltura única los clientes la adoraban, se ponían a conversar con ella y los repartidores siempre le estaban regalando golosinas, con un recuerdo espantoso bloqueado de su mente Zoe podía seguir con su vida y de vez en cuando preguntaba cuando volverían sus padres porque parecía olvidar que ambos estaban muertos, pero aun así, Zoe era feliz.
Cuando Zoe tenía cinco años, Efraín llego muy molesto a casa y mando a Zoe a su cuarto porque tenía que hablar con su esposa sobre algo importante que había pasado en el trabajo, la discusión se extendió por toda la noche y llego hasta la madrugada, el sol salió, Zoe se levantó como cada mañana al son del despertador de pollito que tenía en su mesita de noche junto a la cama, mientras se estaba cepillando los dientes después de haberse duchado su tía Míriam llegó a apurarla porque la estaban esperando abajo, le puso lo primero que encontró en el closet y le hizo rápido una maleta con la ropa necesaria para un muy largo viaje, por más que Zoe pregunto para donde iban, Míriam no pudo responder y las lágrimas brotaban de sus mejillas en cascada porque estaba triste de que no volvería a ver a su encantadora sobrina pues su esposo había decidido mandarla a un internado en Roma.
Al bajar, Zoe se topó con un hombre de semblante duro, serio y hasta agrio, que con una voz carrasposa le dijo a su tío Efraín que estaba haciendo lo correcto al entregarla al internado pues no habría mejor lugar para la pequeña y ahí explotarían todas sus habilidades para volverla la mejor señorita, Zoe comenzó a gritar cuando entendió que aquel hombre la llevaría lejos de sus tíos y dio patadas rogando porque la soltará, preguntando por qué sus tíos no la querían y hasta juro que se portaría bien si no la mandaban lejos, pero no había nada que hacer pues la decisión estaba firmemente tomada, Míriam lloro con amargura incapaz de hacer algo por la pequeña y con el dolor del alma tuvo que dejar que aquel hombre tan malencarado se la llevará.
Zoe paso semanas llorando porque quería volver a casa, el internado mixto no le gustaba para nada a pesar de que tenía su propio cuarto, comía muy bien, había doctoras muy linda que se encargaban de mantenerla sana y las clases eran entretenidas por las maestras, algunas, porque otras eran tan estrictas que hasta le llegaron a causar muchas más pesadillas; los meses se transformaron en años y Zoe paso de ser una niña a convertirse en toda una señorita instruida con la secundaria terminada a los dieciséis años porque los profesores la adelantaron mucho al ver lo rápido que memorizaba los temas, Zoe fue la número uno de diez alumnos prodigios graduados antes de tiempo y sin dudas cualquiera pensaría que haber asistido a ese internado era la mejor dedicación que sus tíos pudieron haber tomado para ella, pero la verdad es que no porque para llegar al nivel en el que estaba tuvo que pasar por el infierno mismo.
Escapo del internado dos días después de haberse graduado porque los directores querían que siguiera estudiando con ellos una carrera superior y convertirla en una profesora más de esa prisión, no le daban la opción a escoger, era lo que ellos querían y cuando lo querían; el internado se vio envuelto en una infinidad de polémicas y acusaciones muy serias después de su escape, acusaciones de abusos íntimos a los estudiantes porque algunos estudiantes decidieron unirse y hablar, la policía incluso arresto a dos de sus directores principales y fueron acusados con una lista muy larga de cargos con la que si eran encontrados culpables morirían en prisión por el chorro de años que les pondrían. Zoe había recibido una tarjeta a su nombre, era una cuenta bancaria con veinticinco mil euros como recompensa por su arduo trabajo estudiantil y por haberlos representado tan bien, así que cuando escapo no estaba tan desamparada y decidió volver a Florencia en búsqueda de sus tíos, pero habían pasado once años sin saber nada de ellos y solo podía rezar para por lo menos encontrar a su tía Míriam en aquella bonita florería donde siempre había trabajado arduamente.
Para mala suerte de Zoe cuando llegó al barrio donde estaba la florería descubrió por una vecina que su tía Míriam murió hace unos nueve años atrás y su tío Efraín un buen día se fue, no dejo razón de adónde iba ni si pensaba regresar algún día, solo dejo un sobre para Zoe cuando ella decidiera volver y la vecina muy responsablemente le entrego el sobre completamente sellado, adentro iba una carta, una tarjeta bancaria y las llaves de la casa; la carta no decía nada emotivo y solo se limitaba a explicarle los motivos que tuvo para enviarla a ese lugar tan espantoso, la cuenta bancaria era dinero que el ejército le p**o por ella y que su conciencia no le permitió gastar porque sabía todo el infierno que iba a atravesar, a modo de limpiar su conciencia dejo la casa a nombre de Zoe, cuentas bancarias y hasta su auto, pero nada de eso iba a curar todo el daño emocional que le provocaron los profesores más crueles del internado que estaban en años superiores y entonces Zoe decidió enfrascarse en una guerra en contra del internado.
El dinero no era eterno y Zoe metida en su guerra pronto se vio en aprietos financieros porque aparte de estarse peleando con el internado estaba estudiando la universidad, licenciatura en letras y sus tiempos libres los ocupaba en escribir novelas de romance y fantasía, una vieja pasión que quedó grabada en su alma gracias a su padre y gracias a esa pasión Zoe decidió tomar la oportunidad que se le presentó al ver un anuncio pegado en el mural de la universidad, la editorial Doménico estaba buscando a nuevos escritores de diversos géneros, era una especie de concurso donde el ganador se llevaría dos mil euros y la oportunidad de que su libro fuese publicado en toda Italia, Zoe no perdía nada con participar y animada por su mejor amiga ese mismo día por la tarde lleno la ficha en línea, mando su novela en archivo PDF y su amiga le dijo que mínimamente se ganaría el segundo lugar. Cómo el dinero se le estaba acabando decidió buscar trabajo en lo mejor que podía hacer y por suerte no le tomo mucho tiempo comenzar a ganar dinero, incluso se olvidó del concurso en el que participó hasta que un buen día revisando su correo se topó con una carta donde le anunciaban que era la ganadora del concurso, primer lugar y su libro sería publicado en toda Italia por lo tanto le pedían que viajará a Roma para conocer el proceso que sería firmar un libro bajo la editorial Doménico.
Zoe sin pensarlo mucho, empacó sus cosas y viajo a Roma, apenas alcanzo a decirle a su mejor amiga que se iba, una hora y media en tren valió la pena porque fue recibida en la estación por una de las asistentes personales de la dueña, Layla Doménico estaba más que ansiosa por conocer a la creadora de la novela "Bajo el mar" y es que desde los primeros capítulos quedó enamorada de ambos protagonistas, mientras iban trabajando juntas comenzaron a congeniar y entonces Zoe propuso otras novelas ya terminadas que tenía guardadas en su laptop, ese fue el comienzo de su vida pública.
El primer día de lanzamiento Zoe se decepcionó muchísimo porque solo se vendieron quinientas copias en toda Italia, pero al tercer día las cinco mil copias distribuidas en todas las librerías se esfumaron y la página de la editorial se comenzó a llenar con exigencias de que querían comprar el libro, para el sexto día ya se habían mandado a imprimir veinte mil y de esos solo quedaban cien distribuidos en todas las librerías, para la segunda semana Layla organizo una firma de libros porque quería ver como el público lector tomaba a Zoe y eso fue para que su librería casi colapsara con la cantidad de personas que llegaron emocionadas por conocer a la escritora de su nuevo libro favorito. Zoe fue ganadora de un best seller por esa novela, sus libros comenzaron a llevar la pegatina que lo hacía notar e incluso participo en una ceremonia que premiaba a los escritores, gano dos reconocimientos a mejor libro de fantasía y a mejor libro de romance, estaba orgullosa de que su esfuerzo finalmente estuvieran dando buenos frutos y que su pasado oscuro se fuese quedando más en el olvido dándole una sensación de libertad.
Seis meses después de haber lanzado "Bajo el mar" decidió lanzar la segunda novela que le daba finalidad a la primera porque estaba siendo esperada con muchas ansias y entonces Layla le propuso abrir mercado en Francia a casi un año después de su primer lanzamiento, Zoe no se iba a negar y es que estaba ganando un diez por ciento de comisión por ser una principiante, pero al mercado en Francia se le ofreció un veinticinco por ciento de comisión y ese sería su contrato oficial, para un escritor eso era más del doble de lo que podría llegar a ganar con cualquier editorial, pero Layla sabía reconocer a sus mejores escritores y a los que la hacían ganar mucho dinero.
Zoe quería avanzar en su vida, vendió la casa de su tío en Florencia y solo con una maleta de ropa decidió mudarse a una casa más bonita ubicada en Positano en la costa de Amalfi, había estado un tiempo buscando casas y cuando por fin encontró la correcta no dudo en mudarse a ella para amueblarla desde cero con ayuda de su mejor amiga que era la mayor animadora que tenía en su vida pues de su familia solo quedaban viejos recuerdos, el cuento de primas que nunca imagino que llegaría a conocer; con la ciudad a unos cuantos minutos de camino, cafés y restaurantes donde podría pasar sus tardes escribiendo cuando se aburriera de estar en casa, los astros se alinearon y su única mejor amiga desde la universidad también tuvo que mudarse a la ciudad de Positano por una oferta de trabajo y eso significaba que por las noches tendría con quien salir a beber, a echar cotorreo sobre sus días y a poder olvidarse de todo por un par de horas porque su amiga era una fiestera de primera.