Abrazo a Marietta que era un mar de lagrimas, volvieron a entrar a Palacio. Ya estaban por subir las escaleras y un guardia lo llamo diciéndole
—Perdón mi rey, pero desean hablar con usted
Drácula se dio media vuelta y miro hacia la entrada y estaba el gran Nigromante y... Lucius., apretó la mano de Marietta, ella se dio cuenta de que estaba ante el Mate del rey.
—Vamos a mi despacho—manifestó
Los dos lo siguieron, subieron las escaleras y Marietta se disponía a irse cuando Drácula declaró
—Espera Marietta, ¡quédate conmigo!
Ella se dijo que ella no tenía nada que hacer con las cosas del rey, no obstante se quedó, se sentó en un sofá pequeño, el Gran Nigromante entro junto con un Lucius cabizbajo.
—¡Siéntense por favor!—expresó Drácula mirando fijamente a Lucius.
—Gracias majesta
