Luciano se sentía patético. Quería pensar que Emely iba a seguir adelante una vez terminara con Ian. Que lo amaría después de que pasaran aquella tarde de pasión. De hecho, intentó simplemente esperar a que pasaran los días para que las cosas se calmaran, pensando que todo era cuestión de tiempo. Pero nada de eso funcionó. De hecho, su sentimiento de estar estorbando incrementó cuando fue a visitar a su amigo en la casa de la montaña. Lo encontró alcoholizado, con las botellas rodando por el piso y pasaba las tardes observando el paisaje natural desde una terraza en un viejo sofá. Al sentarse, Ian comenzó a hablar de todas las cosas que había hecho al lado de Emely. —Incluso le pagué toda la carrera, le di todo lo que necesitaba —decía—. ¿Sabes cómo la conocí? Estaba intentando q