A veces, solo a veces, se necesita del tiempo. El tiempo, sin duda alguna, resuelve esas dudas que te hacen estancarte. El tiempo cura heridas. El tiempo, repara mentes y cuerpo. El tiempo… te ayuda a ver, cosas que antes no podías ver. Después de pasar años en martirio, con noches de llanto y amargura, Emely por fin comprendía que no todo es infelicidad. Estando allí, en medio de una reunión con la junta directiva, la cual por semanas le daba miedo, pudo sentir felicidad. Veía a Luciano con aquel semblante serio y sus mejillas se enrojecían. Se sentía como una pequeña, a quien le han dado un delicioso caramelo y lo comía sentada en una silla, bailando sus pies al aire por la felicidad. Aquel abrazo sanó por lo que muchos años estuvo agonizando. Una vez finalizada la reunión, don