? El Invitado ? ( Mabel )

1229 Words
Al entrar en mi habitación Me encontré con una escena mágica y encantadora. Mi maleta ya estaba lista, perfectamente organizada junto a todas mis pertenencias. Las colchas de colores brillantes adornaban mi cama y sobre la mesa había una variedad de regalos envueltos con elegancia. En una esquina de la habitación, un piano antiguo. Acaricié con la punta de mis dedos sus teclas y emitió sus melodía suave, mientras que cerca de la ventana del balcón se encontraban mis lienzos de pintura esperando ser transformados en obras de arte. Todo parecía sacado de una revista, con cada detalle pensado con cariño y creatividad. Me sentí abrumada por la belleza de la habitación, como si hubiera entrado en un mundo de fantasía donde todo era posible. _ Hola cuñada, vengo a saludarte correctamente Dafne entró en la habitación para darme un abrazo _ Hola cariño, estás muy guapa, te he extrañado también tus comidas Saludé aceptando su abrazo y alegría Y entonces por un rato compartió conmigo su emoción Por la fiesta. Juntas nos sumergimos en la magia del momento, disfrutando de la tarde que prometía terminar en una noche inolvidable. Entonces, mientras el sol se ponía lentamente y los colores del atardecer inundaba mi habitación, entre chismes y sonrisas, pensé que este día Tal vez sea de verdad un nuevo comienzo para intentar sanar mi corazón. _ Dafne: Creo que voy a quedarme Su sonrisa se ensanchó _ En serio no volverás a América? Preguntó junto a la alegría que se dibujaba en su rostro _ No, no lo haré. Pero tendrás que ayudarme a traer a Derek Entonces me abrazó _ Por eso, no te preocupes, enviaré por él enseguida. _ Bueno, ahora bien, te enseñaré lo que te traje Le respondí con una sonrisa. Entonces empecé a enseñarles algunos regalos: un reloj de arena para mi hermano y una gargantilla fina para Dafne que dice usará esta noche. Yo poco conocia a Dafne más que por sus visitas junto a Manrique, que rápidamente quedó como loco enamorado de ella. Se casaron en un parpadear y luego ella se ganó mi cariño y respeto al demostrar que mi hermano es completamente feliz. _ Tengo que irme. descansa. Voy a enviarte un vestido, será perfecto para el piano. Exclamó Dafne cuál diseñadora era! al salir como el viento por la puerta que rechinó al cerrarse. Me tiré cuál costal sobre la cama y pensé en Leónidas, en las muchas veces que trepó el árbol que con sus ramas araña mi balcón. Entre aquellos recuerdos cay rendida, con zapatos y todo, Y.al espabilar un vestido en seda negra Está en un perchero elegantemente colgado. Sonreí al recordar que aquí aparentamos ser príncipes y Solo éramos los únicos sobrevivientes de aquel espantoso acontecimiento, los huérfanos que escupió el mar. Me negué hundirme en la normal tristeza, aunque a veces la ropa de color te ayuda a perfeccionar la careta. Entonces después de una ducha con esencias aromáticas, no podía negarme aquel placer. Me cansé el vestido, observé mi silueta en el espejo y me gustó lo que había visto. Lucía hermosa, me disculpas, se delineaban entre aquella tela fina. Hice un simple recogido para lucir así el escote de mi espalda. Escogí tacones plateados para finalizar con algo de brillo el vestido que gracias a la altura del tacón no arrastra el piso. Una pulsera más zarcillos discretos para terminar de retocar mis labios rojos para relucir mi piel pálida. Descendí las escaleras hacia el salón donde se celebra la fiesta. con el bullicio de la gente mi corazón latió de emoción. Al llegar encontré la sonrisa de Manrique, radiante junto a su esposa saludando a los invitados. Había personas que no reconocía o apenas recordaba de mi infancia, Pero la alegría de la ocasión era palpable. Mis ojos se posaron en el piano de mi padre, recién pulido y resplandeciente en medio del salón. Un nudo se formó mi garganta al recordar las muchas fiestas y aquí se dieron, donde juntos tocamos mis primeras notas y acordes. Antes y Manrique me presentara, fui directo al piano y empecé a tocar una melodía especial, una que evocaría los recuerdos más entrañables de nuestra niña juntos. Las notas resonaron en la habitación. Los invitados empezaron a prestar atención en silencio y mientras mis dedos acariciaban las teclas con destreza y pasión, llegué a sentir también que la melodía llenaba la estancia con magia. Fue algo único. Lo desconocidos se convirtieron en meros espectadores ante mi interpretación, absorbidos por la melancólica melodía que brotaba del piano. Otros, tal vez conocidos, asentían con la cabeza murmurando, recordando quizás momentos compartidos con mi padre alrededor de aquel mismo instrumento. Pero la mirada de Manrique realmente conmovió. Mis ojos brillaban con una mezcla de nostalgia y gratitud, como si en aquella canción encontrara lo que yo también sentía perdido. Entonces absorta emociones. envié mirada fugaces a los invitados, fue entonces cuando me encontré con unos ojos verdes, era la mirada más penetrante que jamás había visto. centré mi atención en él que lentamente llegó hasta Manrique. Este lo golpeó suavemente en el hombro y en modo amistoso le dice algo al oído. Pude detallar al hombre atractivo, Lucía enigmático bajo un traje oscuro y el cabello con flequillo un poco desordenado. También noté una chica rubia a su lado, pero el hombre sin ninguna vergüenza o decoro, desde la distancia me mira, despertando en mi pecho emociones carnales que por un tiempo creí olvidadas. Rodeó un círculo al salón, buscando, observándome aún con más intensidad, como si pudiera leer mis pensamientos más profundos y oscuros. Al finalizar, Manrique rompió el silencio con un cálido aplauso, seguido por el resto de los presentes. _ Esa melodía ha llegado justo al corazón, es un verdadero talento papá. Estaré orgulloso Y ese es mi mejor regalo. Como te dije señores, les presento mi pequeña hermana, mí ópalo Mabel Bianchi. Manrique anunció en voz alta. Resonaron los aplausos en el saldo _ Gracias! Eso significa mucho para mí también. Ahora disfruten la velada. Después de una cordial presentación, besé las mejillas de mi hermano para salir en busca del bar con la necesidad de un trago, necesitaba relajarme después de la intensa presentación. un whisky a las rocas fue mi elección. Tengo rostro de niña dulce, pero el dolor y la soledad te llevan a buscar calor entre el alcohol y lugares oscuros donde cualquiera puede darte una noche emocionante, sin preguntas, sin esperar ninguna respuesta. Sonreí con coquetería al barman que anudado me atiende, pero mientras coqueteo con el chico, un perfume exquisito invadió mi olfato, haciendo levantar la vista con curiosidad, pero me sorprendió Manrique. _ Ópalo: Ven, quiero presentarte a alguien Dijo tirando de mis brazos suavemente, apenas y pude recibir mi trago, pero seguí uno o tres de sus pasos y frente a mí el hombre más apuesto que había visto en mucho tiempo, el hombre que antes me observaba realmente era alto y fornido, cada cabello castaño y es y esos ojos verdes que parecían brillar en con intensidad. Me pareció al instante incapaz de apartar la mirada de su rostro perfectamente esculpido, como Si hubiera hipnotizado mis sentidos con solo su presencia. No pude evitar sentir una extraña atracción hacia El desconocido. fue como cierto en mi interior si hay encendido con solo mirarlo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD