Annika
Boom. La idea de posiblemente contraer una ETS sentía como una granada explotando en mi cara, y me hizo caer de rodillas con una mezcla de miedo y disgusto.
—Doctora, ¿estás bien?
—¡AHHH! ¿Por qué no se me ocurrió antes? ¡Oh! Dios. ¡Mío! Dormí con ese hombre mientras follaba con tu ex. ¿Y si contrajo algo y luego me lo transmitió a mí? ¡Dios mío, necesito hacerme la prueba! Estaba tan concentrada en vengarme que no me di cuenta de que podría tener una maldita ETS por culpa de ellos —me levanté de un salto y agarré mi bolso, decidida a salir corriendo.
—¡Espera! Doctora, cálmese. Estresarte no va a resolver tus problemas. De todas formas, si vas a una clínica cualquiera a hacerte la prueba, dudo mucho que los resultados lleguen lo suficientemente rápido. Ven conmigo, tengo un ami
