Tercera persona Sintiéndose como si la hubieran emplumado y cubierto de brea, Sadie se precipitó hacia su coche con su amiga, Agatha, a rastras después de ser expulsada de la tienda como una criminal. Nunca se había sentido tan humillada públicamente, y lo que era peor, la razón por la que sufrió tal abuso fue por culpa de la esposa de Jeffrey. Pero no paró ahí, no, para añadir insulto a la herida, León decidió anunciar frente a todos que la habían prohibido la entrada, y para alguien de su estatus, el término “prohibido” no era algo a lo que estuviese acostumbrada a escuchar. —¡UF! —Sadie gritó después de entrar en el asiento trasero, cerrando la puerta con tanta fuerza que hizo temblar todo el coche. Agatha entró con cautela desde el otro lado, sin palabras y sin tener idea de cómo pro