Los ojos de León brillaban intensamente con pura diversión, y llevaba una sonrisa maliciosa en los labios después de leer el último mensaje de texto de Annika. Aunque su juego juguetón se sentía como un adicto en una recaída, convocó hasta la última onza de su control inflexible y dejó la conversación como estaba. Había trabajo que hacer, y sabía que Annika estaría ocupada de aquí en adelante con su determinación inquebrantable completamente restaurada. León no tenía dudas de que la atracción principal comenzaría pronto, y no se lo perdería por nada del mundo.
Después de terminar su conversación con León, Annika se permitió brevemente bajar la guardia. La sonrisa que se había formado tan naturalmente en sus labios era como la luz del sol iluminando los rincones más oscuros de su habitació
