Tercera persona
Annika despertó al sonido ensordecedor de su alarma y se sentó, agarrándose la cabeza mientras la habitación se balanceaba a pesar de permanecer quieta en su cama. El dolor de resaca era más opresivo de lo que recordaba, y su cerebro parecía haber crecido más allá de la capacidad de su cráneo. Annika se sentía como la muerte en vida y su deshidratación se hizo demasiado evidente para ignorarla. Y considerando que solo había dormido algunas horas, sabía que no estaba en condiciones de ejercer la medicina. Después de todo, Annika era médica y conocía sus límites, pero después de haber sido empujada al límite la noche anterior, no le importaba nada y había exagerado con el alcohol.
No sorprendió a Kenzie que Annika no hiciera acto de presencia en la clínica esa mañana, y ell
