Tercera persona
Annika no podía quitarse la sensación de que había terminado la escuela de medicina en menos tiempo del que le llevó llegar al día de la cena de cumpleaños de Sadie, y tenía sentimientos encontrados sobre toda la situación. No era propio de Annika tramar contra los demás o desearles mal, y no quería tener nada que ver con este peor escenario que la había dejado desencantada y cuestionando su cordura. Pero la cruda realidad era que, le gustara o no, tenía dos opciones: podía compadecerse de sí misma y permitirse convertirse en una víctima de la guerra o aprovechar la oportunidad para mostrar al mundo lo que les sucede a aquellos que han menospreciado a Annika Silverton. La fastuosa celebración de esta noche también serviría como un rito de paso para su viaje involuntario de
