Andrea.
Deslizo las manos por mi cabello, despeinandolo un poco más de lo debido mientras mantengo uno de mis ojos cerrados realizando las medidas exactas a la nueva modelo con su pequeña cintura.
Quisiera concentrarme completamente y con facilidad, pero el solo hecho de tener al castaño impregnado en mi cabeza es lo que me dificulta todo. Impulsándome a cerrar los ojos por segunda vez alejando las ideas descabelladas que pasan por mi mente.
Mis latidos se aceleran cuando mi móvil vibra con un mensaje del castaño que me hace tragar en seco…
Capullo: Nos vemos hoy a las 8 en tu apartamento.
Quiero negarme, decir que de alguna forma las actitudes hijas de puta del cabron no me tienen comiendo de su mano, pero me estaría mintiendo a mi misma con semejante falsedad, porque esa maner
