(Jon narración) Daeven se marchó y pude notar por medio de lo que compartíamos en un vínculo similar al que teníamos Nigromante y yo que se dirigía a toda prisa de vuelta al templo. Al fijar mi atención arriba, en la superficie la protección seguía activa e infranqueable para cualquiera que estuviera a las sombras del abismo. —Si todas estas criaturas le rinden probidad es porque estoy ante quien creo. ¡Lo he conseguido! Es usted. ¡Sabía que tarde o temprano vendría para verlo por sí mismo! El susurro de su voz evidentemente detalló la voz de Asídemes. Me volví a ella, apartándome de la sierpe de cinco cabezas. Nos rodeó completamente para luego morder con suavidad su cola. Un suelo de piedra oscuro nos ayudó a quedar de pie solamente en el área que la serpiente seguía enrollada tal