Meditabunda contenía el aliento, especialmente al notar que algo apareció detrás de mí sosteniéndome de la cintura con fuerza. Jon se volvió de inmediato. Dentro de mí sentía gran turbación, especialmente al notar la fuerza de quien me sostenía. —¡Uno frente al otro! Por fin… ¡Cuéntale la verdad Jon! Dile lo que tú y yo no deseábamos decirle. Jon seriamente se volvió a quien me apresaba, al oír su voz no quedó duda que se trataba de Farga sumida en el cuerpo de Nigromante. Jon mostró seriedad mientras aparecía una gran espada en sus manos. —Embaír no te funcionará dos veces. —Tal vez sí, porque conozco el secreto. ¿Quieres ver? Jon se movió un par de pasos, pero él aproximó una daga que reconocí (esplendor de la noche) al instante aproximarse a mi garganta; la hizo aparecer en men